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Siria y Malí dividen al mundo islámico
Las diferencias entre los mandatarios ponen en evidencia los cismas ideológicos y regionales que prolongan ambos conflictos
EL CAIRO. Actualizado: GuardarLa división en el seno del mundo musulmán sobre las guerras que hoy se ciernen sobre Siria y Malí volvió ayer a hacerse evidente en la cumbre que reunió en El Cairo a más de 25 jefes de Estado y gobierno de la región. Las diferencias entre los mandatarios ponen de manifiesto los cismas ideológicos y regionales que prolongan el estancamiento de estos conflictos, especialmente el de Siria, sobre el que ayer, sin embargo, Irán puso una nota optimista y aseguró que se están acercando posturas.
Damasco no participa en la cumbre de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI), pero centró gran parte de la atención. El presidente egipcio, Mohamed Mursi, anfitrión del encuentro, aprovechó la presencia en El Cairo del principal aliado del régimen de Bashar el-Asad, el mandatario iraní Mahmud Ahmadineyad, para celebrar una reunión paralela tripartita con Turquía, la otra potencia regional que puede influir en el desenlace de una guerra enquistada, que dura ya dos años. Mursi condicionó además la mejora de las relaciones de su país con la república islámica a que haya un progreso en el conflicto sirio, ya que considera que Teherán tiene en gran medida la llave para presionar por una solución.
Al parecer, según recogía ayer la prensa local -el portavoz oficial del Gobierno egipcio apenas se limitó a confirmar que la reunión de la OCI había versado sobre Siria-, las potencias suníes de la región quieren que Irán considere la iniciativa presentada por sorpresa por el líder de la Coalición Nacional Siria, Moaz al-Jatib, que otorgaría a El-Asad una salida segura del poder sin ser juzgado.
Egipto, junto a Turquía, Catar y Arabia Saudí han dado su apoyo -estos dos últimos también económico y armamentístico- a los rebeldes contra el Gobierno sirio y ahora quieren presionar por un final del régimen que sea aceptable para sus aliados. Los iraníes se mostraban ayer «optimistas» con respecto al encuentro, y según señaló a la agencia Efe el ministro de Exteriores persa, Ali Akbar Salehi, «se está reduciendo la brecha de discrepancias que existía» y se está llegando a consensos sobre los puntos de vista.
«Mohamed Hosni»
La guerra de Malí ha sido otro del los espinosos asuntos que han centrado la atención de la cumbre, que finaliza hoy. La intervención francesa en este país del Sahel para combatir a los extremistas islámicos que se habían hecho con más de la mitad del territorio genera una gran división entre los países que han condenado la operación, como Egipto y su nuevo aliado estratégico Catar, y los Estados que han recibido con entusiasmo a los franceses, en su mayoría las naciones del Sahel, que sufren la lacra del terrorismo islamista.
La anécdota de la cumbre la protagonizó el presidente palestino Mahmud Abás, que en un lapsus se refirió a Mursi como «Mohamed Hosni», confundiendo su nombre con el de su antecesor, el depuesto Mubarak.