Las mujeres siguen ofreciendo sus servicios pese a la prohibición. :: A. VÁZQUEZ
Ciudadanos

Aumenta la demanda de prostitución en Valdelagrana

Los vecinos critican la ausencia de policías para velar por el cumplimiento de la ordenanza que prohíbe esta actividad en la vía pública

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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La prostitución sigue presente en el día a día de los vecinos de Valdelagrana. Sobre todo entre los que residen en las inmediaciones del Cuvillo que, día tras días, observan el intercambio de servicios sexuales por dinero en la vía pública. Aseguran que en los últimos meses la demanda ha aumentado y que a pesar de la prohibición del Ayuntamiento, recogida en una ordenanza que fue aprobada el pasado mayo, la prostitución se ha asentado en un 'statu quo' y que las autoridades no ponen medios suficientes para el cumplimiento de las normas.

Éstas se resumen en que las prostitutas y sus clientes no pueden estar a menos de doscientos metros de zonas residenciales, centros educativos y parques. Algo que se incumple en este caso, ya que las mujeres suelen ofrecer sus servicios en el acerado anexo al pinar. Quebrantar esta norma puede suponer una sanción de entre 1.500 y 3.000 euros. Desde su entrada en vigor, la Policía ha abierto dos expedientes.

Si bien el concejal del ramo, Carlos Coronado, anunció hace varias semanas la puesta en marcha una campaña específica para velar por el cumplimiento de la ordenanza, ésta aún no se ha emprendido. Precisamente sobre la ausencia de vigilancia policial se quejó el presidente de la asociación de vecinos de Valdelagrana, Francisco Olmedo. «No hay policías. Los vecinos nos vemos expuestos a una continua inseguridad por todo lo que se mueve en torno a la prostitución y raro es que veamos un coche patrulla».

Olmedo trasladó el nivel de hartazgo al que han llegado los vecinos, que han desistido en sus denuncias públicas ante la falta de repercusión y por miedo, ya que algunos de ellos han tenido enfrentamientos con los proxenetas. El portavoz vecinal añadió que en los últimos meses también se está advirtiendo un cambio en la nacionalidad de las mujeres. «Aunque sigue habiendo africanas, hay otras que parecen nacionales. Es posible que la crisis las esté empujando a este mundo». Cabe recordar que los vecinos de esta zona de El Puerto tienen otro frente abierto en el Coto de la Isleta, que también es un lugar habitual de prostitución, pero masculina.

Pese a que no se trata de un enclave residencial, se encuentra en el entorno del Centro de Recursos Ambientales, un lugar de paso para vecinos y visitantes. El Ayuntamiento anunció hace varias semanas que va a proceder a su vallado para evitar el acceso de vehículos, e intentar frenar así este fenómeno que en los últimos años ha ido a más.