la maestría de un genio. 'El rapto de Amimone o el monstruo marino' (arriba) y 'La Virgen del mono' (abajo) dos de las piezas de la excepcional colección de grabados de Alberto Durero en poder de la Biblioteca Nacional y que se exponen a partir del próximo jueves en sus salas. :: BNE
Sociedad

Los mundos de papel de Alberto Durero

Reúne más de cien grabados del genio de Núremberg con joyas como 'La Melancolía', 'El Apocalipsis', o su famoso 'Rinoceronte' La Biblioteca Nacional muestra las mejores estampas del maestro alemán del Renacimiento

MADRID. Actualizado: Guardar
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Tras un pintor genial siempre hay un dibujante excepcional. Lo fueron Leonardo da Vinci y Alberto Durero en el Renacimiento, como Goya, Dalí o Picasso siglos después. Goya y Durero fueron además grabadores de poderoso y singular talento que acertaron a reflejar en sus estampas su enriquecedora y particular visión del mundo. La Biblioteca Nacional de España (BNE) se fija ahora en los mundos de papel del maestro alemán del Renacimiento y reúne las más míticas estampas de su soberbia colección en 'Durero grabador. Del Gótico al Renacimiento'. Una exposición que celebra tanto la maestría de Durero con el buril, las planchas y el tórculo, como su amor por el detalle y las innovadoras soluciones técnicas que revolucionaron el grabado, un medio crucial en la época para la difusión del arte que hizo de él un pionero del estrellato artístico.

Dividida en cuatro secciones, la muestra se articula sobre los excepcionales fondos de Alberto Durero (1471-1528) que atesora la BNE, ciento dieciséis estampas y media docena de libros «que encierran lo mejor de su obra gráfica y constituyen una de las mejores colecciones del mundo en su género», según destaca Concha Huidobro, conservadora y jefa de la Sección de Grabados del Servicio de Dibujos y Grabados de la BNE.

Huidobro es también la comisaria de la muestra que la tricentenaria casa acogerá entre el siete de febrero y el cinco de mayo y que exhibe grabados tan excepcionales como 'Adán y Eva', 'El Apocalipsis', 'El Rinoceronte' o 'La Melancolía'. Se verán junto a libros no menos míticos, como el incunable de San Jerónimo, cuya portada pasa por ser el primer grabado que estampó Durero.

«Tenemos las mejores series, las religiosas como 'El Apocalipsis', 'La Pasión', 'La vida de la Virgen', y las dos pasiones pequeñas, y las tenemos completas», se felicita la comisaria. «Nuestra colección es una de las mejores del mundo, junto a las más importantes, que quizá sean la que se conservan en el British Museum, en la Biblioteca Nacional de Francia, en Núremberg y Berlín» explica Huidobro.

Serán en total noventa y tres papeles estampados por el genio de Núremberg que se exhibirán de forma cronológica. Muestran a un Durero siempre obsesionado por la idea de la muerte, pero no dejó de afirmarse en la vida y revelan la forja de una de las primeras figuras del arte realmente internacionales, una fama que creció precisamente gracias a su magnífico talento como grabador.

Catapultado

Arrancará la exposición con los grabados de su primera época, elaborados entre 1490 y 1498, y que recoge algunos de los que realizó para el gran libro 'El Apocalipsis', la portada y cinco estampas de la obra que catapultó al aún joven artista como un grande en la Europa de la época.

Su enorme y curioso talento, que evolucionó pronto, y su indagación sobre los cánones de la belleza y las proporciones del cuerpo humano cristalizarían en el delicado y magistral grabado de 'Adán y Eva' y en series religiosas como 'La pasión grande', 'La pasión pequeña' 'La vida de la Virgen', 'El caballero, la muerte y el diablo', 'La Melancolía' y 'San Jerónimo'.

'La Melancolía' es uno de los emblemas de la muestra y de la producción de Durero, quizá la pieza que mayor literatura ha generado, tanto por su belleza expositiva como por su compleja iconografía, su mensaje misterioso o su excelente manejo del buril.

La última producción de Durero se fecha entre 1515 y 1528. Es el denominado 'periodo decorativo' y se sustancia en los encargos del emperador Maximiliano, el gran benefactor del artista alemán, a quien concedió una pensión vitalicia que le permitiría afrontar piezas como 'El arco triunfal'. Es una de las joyas de la exposición y se verá junto a 'Gran carro triunfal', el de Maximiliano, su singular y copiado 'Rinoceronte', algunos aguafuertes, retratos y obras religiosas.

La obra de Duero se confronta con la de algunos contemporáneos en un recorrido por el grabado europeo de la época a través de las escuelas de Núremberg, Ausburgo, Basilea, Estrasburgo y Sajonia, que marcarían la edad de oro del grabado alemán. Son estampas de artistas como Hans Golbein, Lucas Cranach, Hans Baldung Grien, Albretch Altdorfer, los hermanos Baham, Georg Pencz, Heinrich Aldegrever o Hans Burgkmair.