ESPAÑA

Santamaría pone la mano en el fuego por el presidente

Sáenz de Santamaría rechaza las acusaciones contra el jefe del Ejecutivo que «siempre ha dado ejemplo y ha tenido una vida recta»

MADRID. Actualizado: Guardar
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En medio de la tempestad provocada por la presunta contabilidad B del PP, la vicepresidenta salió en defensa de su líder. Soraya Sáenz de Santamaría intentó hacer ayer un complicado ejercicio de equilibrio institucional para desvincular al Gobierno del escándalo de los presuntos pagos en negro de Luis Bárcenas a destacados miembros de la dirección del PP, entre los que se encontraría el propio jefe del Ejecutivo. «Llevo 12 años trabajando con Mariano Rajoy Brey, primero en el Gobierno (durante el segundo mandato de José María Aznar), luego en la oposición y ahora el Gobierno. He visto siempre una conducta ejemplar, nunca le he visto saltarse una norma. Siempre ha dado ejemplo y ha tenido una vida recta», sentenció. La número dos del Ejecutivo puso así la mano en el fuego por Rajoy. Solo por Rajoy.

Fue la única concesión que hizo tras ser asaeteada tras el Consejo de Ministros con una avalancha de preguntas sobre la supuesta financiación ilegal de la formación política que sustenta al Gobierno del que ella es vicepresidenta y portavoz. «Esta mesa es la mesa del Gobierno y hay que diferenciar muy claramente los planos; el Gobierno es una cosa y los partidos, otra». Fue un frontón y repitió la idea de la separación de ámbitos con machaconería. El resultado fue que las decisiones del gabinete, como la Estrategia de Ciencia y Tecnología y el Plan Estatal de Investigación, y las no decisiones, el aplazamiento una semana más de la reforma de la administración local, quedaron sepultadas por la continua petición de explicaciones sobre el escándalo. Pero el cortafuegos que intentó trazar Sáenz de Santamaría tenía muchos flancos débiles.

A la vicepresidenta se le recordó, por ejemplo, que el presidente del Gobierno es a su vez presidente del PP y que su nombre aparece, de puño y letra del propio Bárcenas, según los expertos, en el listado donde el extesorero apuntaba los pagos. En el caso de Rajoy, poco más de 25.000 euros anuales desde 1997 hasta 2008. Y aunque han transcurrido dos días desde que se conoció ese presunto cobro, aún no ha dado explicaciones.

Sáenz de Santamaría se limitó a anunciar que el presidente de los populares abordaría esta cuestión hoy, en una reunión extraordinaria del comité ejecutivo del PP. Unas intervenciones que, normalmente, suelen ser a puerta cerrada, pero en esta ocasión «los ciudadanos podrán oír» la respuesta de Rajoy a las acusaciones porque será a puerta abierta. Lo que no aclaró es si el presidente comparecerá después a responder preguntas. Si no lo hace, su primer contacto con la prensa tras el estallido del escándalo será el lunes en Berlín, junto a Angela Merkel. Mala plaza, sin duda.

Sáenz de Santamaría compareció flanqueada por el ministro de Economía, Luis de Guindos, y por el de Industria, José Manuel Soria. De Guindos negó que esta supuesta financiación irregular afecte a la credibilidad exterior de España o que fuera un handicap para la prima de riesgo. De hecho, recordó que este viernes el diferencial con el bono alemán bajó. «A los mercados y a nuestros socios europeos lo que realmente les interesa es la política económica del Gobierno», acotó el titular de Economía.

Pacto anticorrupción

La vicepresidenta quiso aplacar cualquier rumor de crisis política o de un adelanto electoral pedido desde la oposición. «Este -recalcó- es un Gobierno estable que goza de gran estabilidad a nivel parlamentario, trabaja y hace reformas».

Respecto a las medidas que deben tomarse contra la corrupción, Santamaría volvió a recurrir a ley de transparencia, todavía un proyecto que se tramita en el Congreso. Una norma que, a su juicio, deberá poner más luz en las cuentas y la financiación de los partidos. Convino, no obstante, que es necesario «fortalecer las instituciones en España. Indudablemente».

En cuanto a la indignación que se respira en la calle, la vicepresidenta comprendió que los ciudadanos exijan explicaciones cuando en plena crisis salen a la luz los pagos de sobresueldo a altos dirigentes del PP. «Son momentos difíciles y se nos exige a todos mucho más», reconoció.

No obstante, y en la misma línea expresada la semana pasada en Chile por Rajoy, rompió una lanza en favor de los partidos y los políticos que en su gran mayoría «trabaja con honradez».