ESPAÑA

Barones del PP reclaman a Rajoy un desmentido rotundo sobre la caja B

Dirigentes lamentan la «tardanza y la descoordinación» de la respuesta tras la aparición de los papeles de Bárcenas

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«Las malditas 48 horas de Rajoy», se lamenta en tono irónico un alto cargo del PP. Se refiere al plazo mínimo que se suele tomar el presidente del Gobierno para adoptar alguna decisión ante problemas de cierta enjundia. Al menos, en lo que al partido se refiere. No todos comparten los tiempos de su presidente, pero asumen que «el jefe es así». Claro que el PP jamás se había enfrentado a una crisis tan grave como la que ha provocado la publicación de la supuesta caja B de Luis Bárcenas.

La acusación, ya de por sí dura, llega en un momento muy delicado para el PP, que sostiene a un Gobierno que en apenas 14 meses ha pedido a los españoles los mayores sacrificios económicos y sociales de la democracia, y que ha visto despeñarse sus expectativas de voto a velocidad sideral. Todo ello ha puesto muy nerviosos a los barones regionales del PP que, ante la ausencia de una respuesta rápida e inequívoca de la dirección del partido, Cospedal es la única que ha dado la cara y se limitó a negar la veracidad de los documentos, han optado por «intentar salvarse cada uno así mismo», interpreta un miembro del Gobierno.

La convulsión interna ha sido tal que el propio Mariano Rajoy se ha visto obligado a convocar de urgencia para hoy una reunión del comité ejecutivo nacional, el máximo órgano del partido entre congresos. Su intervención puede marcar un punto de inflexión en esta crisis o, si no satisface a los suyos, abonar la incertidumbre y agravar la crisis. Desde el jueves, día en que parecieron las anotaciones de los pagos de supuestos sobresueldos a los exsecretarios generales Francisco Álvarez-Cascos, Ángel Acebes y Javier Arenas e, incluso, a los actuales números uno y dos del partido, Rajoy y Cospedal, los presidentes autonómicos del PP, como los de Galicia, Castilla y León o Extremadura, entre otros, dejaron patente que en el partido quieren que Rajoy abra las puertas de par en par y publicite con luz y taquígrafos todos los sueldos que ha abonado el PP para cercenar, de manera clara, cualquier duda sobre la contabilidad de la organización.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, confesó que el PP necesita «investigar más, auditar más y dar las explicaciones que los ciudadanos requieren» sobre los casos de corrupción, una forma de decir que las explicaciones de Cospedal resultaron insuficientes.

Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, tampoco quedó muy satisfecho con la puesta en escena de la secretaria general. El veterano barón popular, tras oír a Cospedal anunciar querellas contra todos los medios de comunicación que difundieran lo que calificó como «falsedades sobre el PP», aconsejó no limitarse a «matar al mensajero porque no es bueno en ningún caso».

Tras destacar que cree a pies juntillas en la honorabilidad de Rajoy, Herrera alentó a la cúpula de su partido a «ser muy consciente de la extraordinaria alarma generada en la sociedad española, y es además noticia internacional en la medida en que algunas hipótesis afectan a las principales magistraturas del Gobierno». En esta misma línea se expresó el extremeño José Antonio Monago:«Se tienen que dar todas las explicaciones que se tengan que dar y con la mayor transparencia».

Más extrañeza ha causado en otros sectores del PP la aparente falta de coordinación a la hora de contar con un único argumentario interno para hacer frente a las insinuaciones de corrupción. Una opinión que también comparte el portavoz del grupo popular en el Congreso, Alfonso Alonso, que animó a la dirección del PP a que muestre «cuanto antes» las cuentas «de verdad». «Lo importante en un partido que está bajo sospecha es que salga la contabilidad de verdad y que ésta despeje todas las dudas», comentó en una entrevista en Antena 3. El PP, abundó Alonso, debe «desnudar» sus cuentas y «sacar absolutamente todos los papeles» puesto que eso es lo que le puede «defender frente a este ataque».

El error de Pío

Algunos dirigentes ponen como ejemplo de descoordinación que minutos antes de la comparencia de Cospedal, cuyo argumento principal fue negar la veracidad de los documentos publicados, el presidente del Senado, Pío García Escudero, echó por tierra esa estrategia al reconocer que pidió un crédito de cinco millones de pesetas al partido. Préstamo que tramitó Bárcenas como gerente y que aparece en las anotaciones hechas públicas el jueves, lo que da visos de credibilidad a los papeles del extesorero.

No ha sido el único en contradecir a Cospedal. El exdiputado del PP Jaime Ignacio del Burgo también reconoce la veracidad del apunte contable que aparece con su nombre en los papeles de Bárcenas, aunque se apresuró a apostillar que «no tenía absolutamente nada irregular» y detalló que en junio del 2001 recibió 500.000 pesetas del PP en respuesta a una petición suya para ayudar a la concejala de la localidad navarra de Villava Elena Murillo, que había sufrido un atentado de ETA.