Una madrugada en vela y un desayuno con videoconferencia
La secretaria general del PP y sus tres adjuntos recibieron la misma llamada en la noche del miércoles sobre los pagos en B
MADRID. Actualizado: GuardarComo en un relato de Manuel Vázquez Montalbán o John Le Carré, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y los tres vicesecretarios generales Javier Arenas, Carlos Floriano y Esteban González Pons recibieron a última hora de la noche del miércoles casi a la vez una llamada de un redactor del diario que divulgó la presunta contabilidad opaca del PP. La pregunta, más o menos fue la misma. ¿Recibió pagos en B de la tesorería que dirigía Luis Bárcenas? La respuesta, también más o menos, la misma: «No».
Nada más colgar, los tres vicesecretarios del PP se pusieron en contacto con Cospedal. «A mí también», fue el comentario de todos. La cúpula del PP supo entonces que la tormenta se había desencadenado. La madrugada se llenó de llamadas en la sede de la dirección del PP. La dirección de comunicación del partido intentó capear el temporal, a la vez que los equipos de Rajoy y Cospedal comenzaban a hilvanar una respuesta a unas acusaciones que se antojaban demasiados contundentes como para no ofrecer una respuesta también contundente.
A primera hora de la mañana, Cospedal citó a su equipo de dirección en la calle Génova 13. ¿Enrocarse o contraatacar? Esa era la cuestión. Rajoy, que tenía que presidir a partir de las diez y media de la mañana en la Moncloa la Comisión de Asuntos Económicos, siguió las deliberaciones mediante videoconferencia.
Menos suerte tuvieron la ministra de Empleo, Fátima Báñez, y el secretario de Estado de Igualdad, Juan Manuel Moreno, que acudieron a dos entrevistas matutinas en sendos medios de comunicación sin tener muy claro cuál era la posición oficial y definitiva del partido. Los dos vadearon como pudieron la situación.
Mientras, en la 'cocina' de la dirección del PP, la deliberación no fue fácil. Se citó a la prensa a las 12.30 horas. Pero Cospedal, arropada por Arenas, Floriano y Pons, no apareció en la abarrotada sala de prensa hasta pasadas las 13.30 horas. En ese lapso ocurrieron varios hechos significativos. Por un lado, Bárcenas, presunto muñidor de esta crisis, y Álvaro Lapuerta, su antecesor en la Tesorería del PP, negaron la autoría de la contabilidad opaca destapada. Un comunicado recibido con alivio en la dirección popular. Cuadraba con la respuesta que habían preparado: negar la mayor y anunciar querellas contra los que acusaran sin pruebas.
No obstante, minutos antes de comenzar la comparecencia, seguida por numerosos corresponsales extranjeros, Cospedal fue informada de que el presidente del Senado, Pío García-Escudero, había reconocido la veracidad de uno de los apuntes de la presunta contabilidad B, el que señalaba que recibió cinco millones de pesetas (unos 30.000 euros) de Bárcenas en concepto de crédito personal.
Minuta millonaria
Pese a este traspié, Cospedal mantuvo el guión pactado con Rajoy: las acusaciones, incluso los papeles reproducidos, son falsos. La secretaria general, según fuentes de su entorno, hubiera preferido otra respuesta. Una más contundente que marcará distancia, de una vez por todas, entre los supuestos corrompidos y el resto del partido. La tesis de Rajoy se impuso. Las depuraciones internas se harían más adelante. De momento, el PP tenía que dar una imagen inequívoca de unidad y pulcritud. Y esto incluía la actual dirección general, pero también, como recalcó tal vez a su pesar Cospedal, a las anteriores.
Otra duda atormentaba a la cúpula del PP. Si no fueron ni Bárcenas ni Puerta, ¿quién pudo filtrar esos documentos tan comprometedores? Varios miembros del PP deslizaron en las redes sociales un nombre, Jorge Trías, exdiputado del PP y antiguo abogado de Bárcenas. El extesorero reclamó al PP en 2010 que sufragasen la minuta que Trías le había presentado por defenderle en los tribunales en la causa de trama madrileña del 'caso Gürtel'. Según algunas fuentes, Bárcenas pidió entre 50.000 y 100.000 euros para pagar a Trías. Cospedal se negó de plano.