El presidente del Gobierno recibe a Iñigo Urkullu en la escalinata de la Moncloa. :: MARTA JARA
ESPAÑA

Rajoy y Urkullu abren un canal «de comunicación personal» sobre ETA

El lehendakari asegura que la realidad social y económica del País Vasco es hoy por hoy «muy diferente» a la de Cataluña

MADRID. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy e Iñigo Urkullu conectan bien. Poco amantes de las estridencias, los dos son partidarios del diálogo constante y discreto. Una peculiar sintonía, reconocida por los colaboradores de ambos mandatarios, que volvió a quedar patente ayer. Tras compartir mesa y mantel en la Moncloa, el presidente del Gobierno y el lehendakari vasco conversaron durante casi tres horas en un tono que el propio jefe del Ejecutivo de Vitoria calificó de «respetuoso y fructífero».

Sobre la mesa, temas de calado y muy sensibles: el final de ETA, el concierto vasco, la posibilidad de flexibilizar el objetivo de déficit de las comunidades autónomas y el posible contagio del pulso soberanista iniciado por Cataluña. Y, en líneas generales, hubo entendimiento o predisposición a iniciar un diálogo constructivo. De hecho, ambos acordaron abrir «un canal de comunicación personal» sobre el final de ETA, según anunció Urkullu durante la rueda de prensa que ofreció en Moncloa. No obstante, advirtió de que abordará cualquier paso en este sentido con la discreción y lealtad institucional adecuadas.

Insistió, asimismo, en que no es partidario de las prisas, «pero no nos podemos permitir las pausas ante una oportunidad histórica» como la que se presenta ahora. Tanto es así, que pidió a Rajoy que el PP vasco se involucre de lleno en este proceso. Fuentes del Gobierno indicaron que, nada más finalizar el encuentro, Rajoy llamó por teléfono a Antonio Basagoiti, presidente del PP vasco, para informarle de los pormenores de su conversación con Urkullu.

Reclamó, asimismo, la necesidad de dejar clara la diferencia entre un proceso de pacificación y otro de convivencia que, a su juicio, es el que necesita en la actualidad el País Vasco. Cómo gestionar el final de ETA es, sin duda, la cuestión en la que más discrepan Rajoy y Urkullu. El presidente del Gobierno ha dejado claro en varias ocasiones que el único comunicado que esperan de la banda terrorista es el de la entrega de todas sus armas y su desaparición definitiva.

Urkullu aspira al mismo final, pero sus plazos y condiciones son diferentes, a tenor de las respuestas que ofreció a las múltiples preguntas que le plantearon los periodistas sobre la banda terrorista. Eso sí, enfatizó que quien más pasos tienen que dar son los miembros de la izquierda abertzale y, sobre todo, ETA.

Exconcejal de HB

El lehendakari abundó que ni la sociedad vasca ni la española «le deben nada a ETA, sino que es ETA la que debe a la sociedad». De hecho, alertó a la banda terrorista de que «no puede quedarse en el gesto importante, básico y esencial del cese de la actividad armada» sino que tiene que seguir dando pasos «para provocar los pasos que otros tengan que dar», en referencia a un posible cambio de política penitenciaria por parte del Gobierno.

Otras de las preguntas espinosas a las que se enfrentó Urkullu tras su cita con Rajoy fue la referida a su decisión de fichar a un exconcejal de Herri Batasuna en la década de los ochenta, Jonan Fernández. Reclamó «honestidad» a la hora de valorar la trayectoria vital de Fernández, que ha sido especialmente criticado por varias asociaciones de víctimas del terrorismo. «¿Qué preferimos, que todos sigan siendo de HB? Porque hay otros que fueron algo más que de HB», apostilló.

En relación al pulso soberanista de Artur Mas, dijo que ambas son «realidades nacionales». Matizó, no obstante, que los derechos históricos, la cuestión navarra, el concierto económico o la pacificación hacen que los casos vasco y catalán sean «absolutamente diferentes». Sin embargo, el lehendakari planteó a Rajoy que no puede hacerse una política de «tabla rasa» con las autonomías.