Las Ventas se queda sin techo
La cubierta que tapaba el coso para celebrar conciertos y eventos invernales se desploma y obliga a suspender la programación cultural
Actualizado: Guardar«Se cerró como un paraguas». Con esta gráfica expresión los responsables de la instalación de la cubierta de Las Ventas explican el desaguisado ocurrido en el coso madrileño, donde se desplomó la estructura que cubría la plaza de toros. En la madrugada de ayer, la corona central de todo el andamiaje se desmoronó sin causar heridos. Por fortuna, el percance no revistió mayor gravedad, debido quizás a lo intempestivo del momento, las 4.45 horas, cuando solo se encontraban en el recinto los guardias de seguridad. Las 160 toneladas de peso de la cubierta cayeron a apenas tres días de su inauguración, lo que obligó a Warner Music, que promovía la erección del techo desmontable, a suspender la programación cultural de invierno. Por suerte para los taurinos, las corridas se salvan y se celebrarán en las fechas previstas.
Por ahora nadie sabe las causas que originaron todo el estropicio. El «desastre» -así lo calificó el responsable de la empresa Grupo Plus, encargada del proyecto- aconteció 48 horas después de que se diera por concluida la instalación del artefacto. Las fuertes rachas de viento que soplaron el domingo en la ciudad pudieron influir en que se resintiera todo el entramado, que se asentaba en un edificio histórico y protegido de la Comunidad de Madrid.
La principal perjudicada por lo ocurrido es Warner Music, que había llegado a un acuerdo con la empresa concesionaria de la plaza (Taurodelta) para llevar a cabo actividades en el recinto a cambio de una inversión en la plaza. Por ello se acordó que el coso quedara protegido por una cubierta insonorizada, fabricada con aluminio y acero y sustentada en unas vigas que unían el anillo central con el extremo del tendido alto de la plaza de toros.
Tras la muerte en el pabellón Madrid Arena de cinco jóvenes, el síndrome por la seguridad refuerza todas las cautelas. El consejero de la Presidencia de Madrid, Salvador Victoria, anunció que el Gobierno regional no estaba «dispuesto a asumir el más mínimo riesgo». Y no lo hizo, con que se aplaza para mejor ocasión la fiesta.
El techado, que había sido impermeabilizado e insonorizado, no se veía desde el exterior, con lo que se evitaba alterar la estampa del edificio, declarado Bien de Interés Cultural en 1994. Los planes para aprovechar la infraestructura preveían mantener la plaza a cubierto en otoño e invierno y desmontar el techo en primavera y verano, cuando se celebra la temporada de corridas.