Policías arrestan a un manifestante en la plaza Tahrir de El Cairo, donde ayer se repitieron las protestas contra el presidente Mursi. :: MOHAMED ABD EL GHANY / REUTERS
MUNDO

El Gobierno egipcio pierde el control de los disturbios

Mursi declara el estado de emergencia en las principales ciudades tras una nueva jornada de violencia con cinco muertos en Port Said

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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La peor ola de violencia que ha presenciado la transición egipcia empieza a escaparse al control del Gobierno de Mohamed Mursi, que, después de tres días de disturbios en varias de las principales ciudades, no consigue restablecer la calma. Ayer, el presidente decidió instaurar el estado de emergencia y un toque de queda durante 30 días en las tres principales ciudades del Canal, Suez, Ismailiya y Port Said, después de que cinco personas más murieran en esta última localidad al ser atacados los asistentes al funeral por los 31 fallecidos en los enfrentamientos del día anterior, entre los más masivos que se recuerdan.

En El Cairo, manifestantes y Policía mantuvieron durante todo el día una batalla campal en la plaza Tahrir y calles adyacentes, lo que obligó a cerrar varios puentes de la capital, puntos neurálgicos para la circulación, así como la Corniche, el paseo fluvial, provocando un colapso. Desde el viernes son ya 45 los muertos y más de 1.139 los heridos en todo el país.

Una marea humana invadió las calles de Port Said. Decenas de miles de personas despidieron con furia y desconsuelo a las víctimas de los altercados del sábado, cuando una turba furiosa fue recibida a tiros por la Policía al intentar asaltar la prisión local para liberar a los 21 condenados a muerte por la tragedia del estadio hace ahora un año.

Contra el cortejo fúnebre

Ayer el ambiente echaba chispas, y muchos clamaron venganza y lanzaron cánticos en contra del Gobierno de Mursi, pero el caos llegó cuando varios botes de gases lacrimógenos cayeron en el cortejo fúnebre al pasar junto a un club del Ejército. Se desató un tiroteo y cinco personas murieron por disparos y más de 430 resultaron heridas. Partes de la ciudad, según mostró la televisión estatal, parecían fuera de control. En la otra capital del Canal, la reivindicativa ciudad de Suez, pareció retornar la calma después de que la noche anterior un grupo consiguiera liberar a 18 detenidos en una comisaría.

Desbordado por la violencia, Mursi anunció en un discurso televisado a la nación que las circunstancias le obligaban a imponer el estado de emergencia y un toque de queda nocturno en las ciudades que más violencia sufren estos días. Las voces que pedían mano dura contra el caos de los últimos días se habían multiplicado. Diputados del Consejo de la Shura, la Cámara alta del Parlamento, exigieron una nueva ley antidisturbios y uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes, Mohamed el-Beltagy, pidió públicamente al presidente las medidas extraordinarias. Varios partidos y movimientos de la oposición no islamista han convocado para hoy nuevas manifestaciones para exigir la dimisión del Gobierno y la cancelación de la Constitución.