Economia

PENOSO

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En el terreno del empleo, el año que acabamos de cerrar pasará a la Historia como un auténtico desastre. Le resumo la situación. Tenemos 5.965.400 parados, un 26,05% de la población activa y un récord histórico absoluto. En el primer año de la reforma laboral se han perdido 850.000 empleos, aunque los parados 'sólo' han aumentado en 691.700 gracias al desestimiento de algunos (para ser un parado y contabilizar como tal es necesario demandar un empleo y no tenerlo) y a la vuelta de la emigración de otros, una actividad que había sido desterrada de este país. El paro juvenil alcanza un escandaloso 55,12% y hay 1,8 millones de hogares con todos sus miembros en paro. Dos datos más: 3 millones de personas llevan más de un año en paro y el sector público ha destruido más empleo que el privado por primera vez.

Esta es la situación que solo puede ser calificada de penosa. Ahora, una reflexión. ¿Es culpa de la reforma laboral? Muchos piensan que sí, pero otros, yo entre ellos, que le echamos la culpa a la mezcla de la crisis, que ha destruido la demanda, con las mejoras de competitividad que permiten hacer lo mismo, o casi, con menos efectivos. Si esto es cierto, la reforma laboral no sería la culpable de las cifras, sino la facilitadora del proceso de ajuste. Si esto es cierto, querría decir que el presente es muy malo, que la reforma ha acelerado el necesario e inevitable ajuste y que podemos confiar en que, una vez alcanzado, los incrementos de demanda que lleguen se traducirán en aumentos de empleos de manera automática. Claro que para eso es imprescindible que aparezcan incrementos en la demanda. Ahí está la esencia del problema y la mejor base para sustentar la esperanza. Y por eso es tan importante que, una vez 'facilitado'el proceso de ajuste, el Gobierno se esfuerce en reactivar la demanda. ¿Cómo? Con mas gasto público no se puede; confiar en el consumo privado, con las cifras del primer párrafo, es demasiado iluso, así que solo queda confiar en el turismo y en la exportación.