Sociedad

Cádiz destapa su influencia egipcia

La excavación del solar de la Subdelegación del Gobierno descubre dos conjuntos funerarios de los siglos V-IV a. C. y un ajuar con referencias a la civilización de los faraones

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Un hallazgo histórico. Para encontrarle parangón hay que remontarse 90 años. El último gran secreto que guardaba el suelo gaditano ha sido desvelado. Los trabajos de excavación arqueológica que se realizan desde septiembre de 2012 en el solar de la antigua sede de Subdelegación del Gobierno en Cádiz han sacado a la luz dos conjuntos funerarios de los siglos V-IV a. C. Y en ellos, un importante ajuar funerario con joyas de origen egipcio. La importancia del hallazgo reside en estos elementos, unas 300 piezas, que permiten profundizar en el conocimiento de necrópolis de época púnica. Estos dos conjuntos están compuestos por seis tumbas cada uno, que suman un total de doce tumbas realizadas en cajas de sillares de roca ostionera de gran tamaño.

Los arqueólogos encargados de estos trabajos, Mª Eugenia García Pantoja y Ricardo Belizón, están pletóricos con el descubrimiento, porque al igual que le ocurrió en 1922 a Francisco Cervera en la Casa del Pino (Punta de Vaca) y la contigua playa de los Números, las tumbas no habían sido objeto de expolios. En apenas un mes, los arqueólogos, que ayer presentaron 'in situ' los hallazgos junto al subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, y la delegada provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Cristina Saucedo; han excavado siete enterramientos, los seis del Conjunto I y uno del Conjunto II. Un lujo, pero también «una sorpresa» para estos profesionales, que están elaborando una memoria para contextualizar las joyas encontradas. A saber, anillos, pendientes, collares y otras piezas de bronce chapado en oro, cornalina o plata y, sobre todo, decenas de amuletos de origen egipcio, realizados en una material cerámico de acabado exterior vítreo conocido como fayenza y que representan a dioses como Seth, Horus, Ajet (Ojo de Ra), etc. propios de la mitología egipcia o elementos zoomorfos como palomas. «Van a aportar información nueva o reforzar otras hipótesis ya formuladas como posibles relaciones comerciales entre ambas tierras», explicó Belizón durante la visita.

Aunque aún está por confirmar que se hagan pruebas de ADN para determinar la edad y el parentesco de los individuos enterrados en las tumbas, lo que sí se están elaborando son pruebas para determinar el origen del oro, así como análisis de las piedras y de la cal utilizadas para la construcción de los enterramientos.

Éstos son los más importantes, pero no los únicos descubrimientos que ha arrojado la excavación arqueológica. Destaca la localización de la traza de los elementos defensivos del siglo XVIII, que coinciden con la planimetría histórica de Ignacio de Sala, conservando un buen estado de conservación, a pesar de estar afectados por los edificios que ocupaban el solar. Por otra parte, se han excavado un total de veintiocho tumbas de época romana (datadas entre el siglo I a. C. y el II d. C), enterramientos realizados tanto por el rito de incineración como de inhumación. La mayoría se trata de fosas simples, aunque también hay algunos inhumados en caja de mampostería. De época fenicia se han documentado dos inhumaciones del siglo VI a. C., en este caso sin ajuares asociados.

Según destacó Javier de Torre , los ajuares serán trasladados al Museo Provincial de Cádiz mientras se estudia que será de los enterramientos hallados y del futuro de las obras del edificio de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz proyectado para este espacio. Una incógnita que tampoco pudo resolver Cristina Saucedo, que no quiso pronunciarse sobre el futuro de estos conjuntos funerarios, así como la posibilidad de emprender nuevas catas.