Cita con Luther King para la Historia
Obama jura hoy su cargo de presidente en la intimidad a la espera de la ceremonia oficial
Actualizado: GuardarHace cuatro años Barack Obama llegó a Washington en tren, replicando el viaje final de su admirado Abraham Lincoln, el presidente que abolió la esclavitud, casi 150 años después. Fueron tres días de fiestas y conciertos, cabalgatas y confetis que culminaron a los pies del Capitolio, donde juró su cargo, con un baño de masas como nunca se hubiera visto en el Mall de Washington. Las lágrimas calentaban las mejillas hasta a diez grados bajo cero. Hoy se convertirá en el 17 presidente de la historia que jura un segundo mandato, pero lo hará en privado, porque el calendario ha querido que el 20 de enero caiga en domingo, cuando los tribunales y las oficinas de gobierno están cerrados. Las ceremonias y alharacas quedarán para mañana, Día de Martin Luther King.
Es un guiño del destino en el que muchos ven una señal del cielo. Obama nunca hubiera llegado a la Casa Blanca sin la lucha de Martin Luther King. El primer presidente negro de la historia puede haber decepcionado a muchos blancos progresistas que pusieron en él demasiadas expectativas, pero no a tantos afroamericanos, de los que el 93% votó por él en noviembre, frente al 95% de hace cuatro años. Buena parte de estos volverán a llenar el Mall de Washington con 800.000 personas, para celebrar que la elección de Barack Hussein Obama no fue una anécdota, sino el cumplimiento de un sueño. Ese que proclamó en 1963 Martin Luther King y su millón de negros al pie de ese mismo monumento a Lincoln que contemplará Obama mientras jura sobre su Biblia.
«Tengo un sueño: que mis cuatro hijos vivan un día en una nación en la que no se les juzgue por el color de la piel sino por su carácter», proclamó el predicador de Atlanta, cinco años antes de que le asesinasen a los 39 años. Hay quien ha querido ver en la yuxtaposición de la segunda jura de poder de Obama una ofensa que ensombrecerá la celebracion del líder de los derechos civiles, pero su hija, Bernice King, que le ha prestado a Obama la Biblia de su padre para el juramento, los ha desestimado rápidamente. «Al contrario, creo que atrae más atención sobre la celebración de mi padre», afirmó. «Le da más valor al trabajo que hizo por este país».
Cruce de fechas
Obama parece haber sido fiel a los deseos de King ignorando su raza hasta lograr que muchos ya no vean su color cuando le miran. Con todo, no puede dejar pasar la complicidad de un cruce de fechas como este en su destino, ni de lo que representa para tantos millones de afroamericanos. Por eso ha invitado a Myrlie Evers-Willimas, de 79 años, a leer la plegaria de apertura. La activista y viuda de Medgar Evers, otro líder de los derechos civiles asesinado hace 50 años, se convertirá así en la primera mujer que lea esta plegaria, que tradicionalmente había sido encomendada a algún religioso.
Para ella también se cierra un círculo. Hace medio siglo había sido invitada a ocupar un lugar en la historia en el Lincoln Memorial donde Marthin Luther King dio su famoso discurso, pero no pudo ir. «Eso me ha perseguido todos estos estos años», dijo a 'The Washington Post'. «Cincuenta años después recibo esta invitación». Desde los escalones del Capitolio verá el cementerio de Arlington, donde está enterrado su marido. «Para mí es como un milagro que todo esto esté ocurriendo en este momento», contó. Beyoncé cantará el himno nacional. Smokey Robinson actuará en uno de los dos bailes a los que atenderá la pareja presidencial. Habrá suficiente color para satisfacer a su raza, pero no tanto como revolver los estómagos de quienes todavía no soportan la idea de que un negro dirija el país.
Los republicanos abandonaronla ciudad el fin de semana, «porque es tradición que los perdedores se la dejen a los seguidores del ganador», dice el historiador Michael Cornfield, pero también porque todavía escuece la derrota. Charlie Spies, que recaudó fondos para Mitt Romney, había preparado una fiesta para 20 personas en el famoso hotel casino The Venetian, que ha acabado siendo para cien. «Nunca esperé que tanta gente quisiera venir a Las Vegas este fin de semana», contó.
Obama, hijo de una mujer blanca de Kansas, criado por la familia de esta en Hawai, ha sido criticado por un sector del activismo negro por no tomar medidas específicas para combatir la pobreza, las desigualdades judiciales y otros problemas que enfrenta la población afroamericana. Lejos de explotar su papel en la historia, ha hecho propósito de promover políticas universales que no diferencien ni dividan.
Hoy Obama jurará su cargo en la intimidad, sobre la Biblia de la familia de su esposa, cuyo tatarabuelo fue esclavo en Carolina del Sur. Mañana lo repetirá sobre la de Martin Luther King y la de su querido Lincoln. Todo será más pequeño. La multitud, a la mitad. El número de fiestas a las que atenderá pasará de diez a dos. Y hasta el número de expresidentes que le acompañarán, de cuatro a dos -los Bush se disculpan por motivos de salud-.