Sanidad
Actualizado: GuardarSoy un firme convencido de que es mejor para el ciudadano tener sanidad pública que privada. Tengo claro mi punto de vista. No obstante ocurren 'cositas' que hay que decirlas. Hace más de seis meses me salió un bulto en la cabeza. Mi médico de cabecera me recomendó que había que analizarlo y extirparlo. Me dieron cita en el ambulatorio para seis meses después (menos mal que el bulto no era muy 'cabroncillo', si no, ya estoy enterrado). Llega el señalado día, el 10 de enero de 2013. Acudo al ambulatorio, el médico me ve el bulto, me dice que es un quiste y que hay que operarlo. Relleno todos los documentos que te exigen firmar en cirugía menor, y a esperar, como todo hijo de vecino. En el momento que me llaman, yo con el cuerpo y la mente muy preparados ya y algo nerviosillo, resulta que me dicen que no me pueden operar porque «nos faltan utensilios sanitarios para hacer la operación». Me tomaron el número de teléfono y me dijeron que cuando los tuvieran me llamarían y me quitarían el bultito. ¡Menos mal que se dieron cuenta de que faltaban antes de rajarme la cabeza, si no, me la tienen que tapar con cinta aislante! Es de risa, la verdad, yo me río, y aunque pasen estas cosas prefiero una sanidad pública en la que falten instrumentos a otra en la que, por ejemplo, me pongan sólo media vacuna para el resfriado, para ahorrar.