Ordenan modificar la circular a favor de los castigos corporales en clase
Actualizado: GuardarLa Consejería de Educación del Principado de Asturias ordenó ayer modificar la circular del Instituto de Secundaria Nº 1 de Gijín que pedía permiso para aplicar castigos corporales al alumnado. La consejera Ana González consideró «muy desafortunada» la circular ante la polémica de repercusión nacional suscitada por el asunto.
«No podemos estar de acuerdo con ella, puesto que vulnera el Decreto de Derechos y Deberes del Alumnado», sostuvo la titular de Educación. «Pero que no estemos de acuerdo con esa circular y que se tenga que cambiar no tiene que ocultar una situación que se da, que es que el profesorado asume una responsabilidad de la que muchas veces la sociedad y las familias no son conscientes, se les olvida». Algo, añadió, que, sin embargo, «se intentó explicar a las familias en unos términos poco acertados».
Ella intentó hacerlo mejor y aseguró que «no se está hablando en ningún caso de castigos físicos ni de cacheos generalizados», dijo en alusión a que también se requería de las familias que autorizasen al profesorado a registrar a los alumnos, así como sus pertenencias. «No somos quién para hacer eso y nunca el profesorado asturiano ha intentado criminalizar a nuestros estudiantes. No están pidiendo un cheque blanco para hacer no sé qué ni diciendo que tenemos un alumnado descontrolado. No estamos hablando de utilizar la violencia ni dentro ni fuera de las aulas. No era esa ni mucho menos la pretensión del centro, pero trabajamos con gente joven y a veces puede surgir algún problema», puntualizó la consejera, que defendió, finalmente, que «el profesorado tiene que tener autoridad, porque, si no, es imposible impartir clase. Tenemos que ser figuras respetadas». Y, para eso, dijo, necesita que se reconozca su papel y su labor, porque cada vez que un profesor entra en un aula no entra como si entrase a un bar».