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Alemania no gastará más en crecimiento pese a las peticiones del Gobierno español
El Ejecutivo de Merkel descarta incentivos nuevos tras rebajar su previsión de crecimiento para 2013, como ya ha hecho el Banco Mundial
BERLÍN / MADRID. Actualizado: GuardarNi están, ni se les esperan. Así se podría resumir la respuesta alemana a las peticiones oficiosas -a través de los medios de comunicación- que en las últimas horas han hecho distintas voces del Gobierno español, a fin de que la llamada locomotora europea emprenda nuevas actuaciones expansivas para reactivar el crecimiento económico en la Unión Europea y, en particular, en la zona euro. Planes que en la práctica supondrían aumentar el gasto público del país justo en el momento en el que la canciller Angela Merkel ha anunciado que va a acelerar el ritmo del ajuste de sus cuentas, con la vista puesta en las elecciones presidenciales de septiembre.
El ministro de Economía germano, Philipp Rösler, descartó ayer que su país tenga previsto aprobar «un paquete de fomento de la coyuntura económica financiado a través de (más) deuda (pública)», algo que a su modo de ver, no resultaría de ninguna ayuda. Durante la presentación del informe gubernamental con los pronósticos de la economía alemana para 2013, el socio electoral del partido de Merkel apuntó que ya se han adoptado medidas en esa dirección, como el pacto fiscal para posibilitar el crecimiento en última instancia. Aprovechó, asimismo, para recordar que los socios europeos «deben consolidar la credibilidad de sus presupuestos y emprender las reformas estructurales necesarias».
Un claro mensaje, entre otros, para España, donde el presidente del Ejecutivo español, Mariano Rajoy -en una entrevista con el diario Financial Times- pidió en las últimas horas a Alemania y los países acreedores de la zona euro a aumentar sus esfuerzos para estímular el crecimiento, con el argumento de que ir hacia una política «más expansiva» favorecería a todos los socios de la moneda única. En la misma línea, el ministro de Asuntos Exteriores, José María Margallo, solicitó a los Estados de la UE «que se lo puedan permitir» que adopten medidas expansivas que aquellos países más obligados con la austeridad «no pueden tomar»,
Para el Gobierno germano, sin embargo -apuntó su portavoz, Steffen Seibert-, Alemania y España tienen una forma muy parecida a la hora de ver los problemas actuales de la zona euro y la forma de enfrentarse a ellos. «Ambos han actuado para que el crecimiento sea un tema central» en los consejos europeos -explicó-, mediante «medidas para fortalecer las pequeñas y medianas empresas», y también contra el desempleo juvenil. A este respecto, el Parlamento europeo -además de aprobar los nuevos límites a la actividad de las agencias de calificación- pidió ayer la puesta en marcha, desde febrero, de un mecanismo para garantizar que a los jóvenes se les ofrezca una oportunidad de trabajo, prácticas o formación en un plazo tope de cuatro meses tras quedar en el paro.
Esa sintonía contrasta con el hecho de que los ciudadanos germanos concedan bajas calificaciones a España por la calidad de su vida política y económica -según el último estudio de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas)-, aunque la valoran bien en ocio y entretenimiento, tanto que mientras el 54% de los españoles tienen una opinión desfavorable del país, solo el 25% de los alemanes comparten su criterio.
¿Lujo o necesidad?
El debate, que ya surgió meses atrás, vuelve a ser si el hecho de que los países del norte de Europa, con unas finanzas mucho más saneadas que los del sur, inviertan más en crecimiento en la coyuntura actual es más bien un lujo o una necesidad. «No creo que le ayude a nadie en Europa que adoptemos grandes medidas de inversión que no nos podemos permitir y que, además, aumentarían nuestro endeudamiento otra vez», afirmó Seibert.
Y es que el Ejecutivo germano se se ha visto obligado a reducir a más de la mitad su previsión de crecimiento para este año, de modo que el Producto Interior Bruto alemán crecerá apenas un 0,4% frente a la estimación inicial del 1%, sin olvidar que en el último trimestre de 2012 el PIB se contrajo medio punto respecto al anterior. Aún así, Rösler intentó transmitir tranquilidad: «estamos plenamente convencidos de que Alemania continuará siendo también en 2013 el precursor en la economía y en el mercado laboral». «La fase de debilidad de este invierno será superada durante el transcurso del año», añadió, al tiempo que anunció que esperan un crecimiento «robusto» para 2014.
Esa tranquilidad declarada desde Berlín ha de ser matizada por las últimas previsiones del Banco Mundial, que ha constatado que la recuperación económica internacional sigue siendo «frágil e incierta», sobre todo por la crisis en la zona euro -que, según sus datos, se contrajo un 0,4% en 2012 y volverá a hacerlo un 0,1% este ejercicio- y los problemas fiscales en Estados Unidos.