UN CÁDIZ SIN REFERENCIAS

Desde que comenzó la temporada y aún después de derrotas complicadas y en situaciones adversas, siempre he defendido que la plantilla del Cádiz no era tan mala como para estar tan abajo en la clasificación y encontrarse tantos problemas para sacar adelante los partidos.

Pese a los continuos chascos, dentro de mí siempre existió la fe en que algunos de sus futbolistas, muy válidos como los Pablo Sánchez, Juan Villar o Belencoso, iban a terminar por hacer aflorar su nivel para sacar las castañas del fuego.

Pero van pasando las jornadas y mi crédito va disminuyendo al mismo ritmo al que decrece mi fe porque esto último vaya a terminar sucediendo.

El gran problema de fondo es que sus referencias no están dando la talla. No es cuestión de señalar culpables o buscar cabezas, pues unos por unos motivos y otros por otros, todos están rindiendo por debajo de sus posibilidades. Se observan muchas carencias en el equipo que ha sido capaz de empeorar los registros de la 2001-2002 y acabar la primera vuelta hundido en el descenso. Pero lo que realmente preocupa es que, hasta el momento, no se ha visto a nadie capaz de tirar del carro.

A Pablo Sánchez se le adjudicó un rol de líder del equipo que no está siendo capaz de cumplir pese a que se ve que su implicación es máxima.

Por eso, mi esperanza está en que un hombre de fútbol como Peragón y que sabe lo que es 'rasparse el trasero' tome las riendas y contagie al grupo de la agresividad bien entendida que tanto se ha echado en falta. Espero también que el centrocampista que venga en los próximos días sea del mismo perfil y llegue con las mismas ganas que hasta ahora ha demostrado el madrileño. A este equipo le hace falta gente que vaya de verdad a por todas, sin arrugarse. Lo bueno es que, al menos, en Almería ya se empezaron a ver algunos detalles.