El Príncipe Felipe viaja en el AVE hacia la frontera acompañado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el catalán, Artur Mas; y la ministra de Fomento, Ana Pastor. :: TONI ALBIR / EFE
ESPAÑA

El Príncipe y Rajoy reclaman en Cataluña «unir fuerzas» y «vías de entendimiento»

Mas enarbola la bandera del agravio del Estado y apuesta por un futuro europeo en la inauguración del AVE a Francia

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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La inauguración de la línea de alta velocidad entre Barcelona y la frontera francesa puso ayer de relieve cómo están las relaciones entre las instituciones de Cataluña y las del resto de España. Mientras el presidente de la Generalitat hizo su intervención pensando en Cataluña como un estado europeo, el Príncipe Felipe y el presidente del Gobierno trataron de lanzar mensajes de unidad y de reconstrucción de los maltrechos puentes de diálogo.

En los discursos que pronunciaron en la nueva estación de Gerona no hubo referencias directas al tenso momento político que vive el país, marcado por el desafío soberanista lanzado por el Ejecutivo catalán, pero sus palabras no dejaron lugar a dudas sobre el mensaje que querían trasladar. Tanto el heredero de la Corona como Mariano Rajoy y Artur Mas utilizaron el nuevo AVE como metáfora para fijar posición política en el conflicto que amenaza con la independencia de Cataluña. Don Felipe y Rajoy, en línea con discursos anteriores, buscaron el acercamiento con los nacionalistas catalanes. «El AVE es un ejemplo de inversión que contribuye a superar las desigualdades territoriales» y a «cohesionar y vertebrar España», expresó el Príncipe de Asturias, que realizó casi la mitad de su intervención en catalán. «Somos un país en marcha que, con esfuerzo y con sacrificios, está trabajando para superar las dificultades. Juntando nuestras fuerzas, afrontaremos con éxito nuestro futuro», señaló.

Frente a las aventuras independentistas, que separan y dividen, el presidente del Gobierno apeló también a la unidad y afirmó que la voluntad de los españoles de «avanzar juntos» es lo que les permite «abrir grandes caminos». «Este AVE busca abolir distancias y unir territorios para acercar a las personas, porque si los AVE son raíles de prosperidad, también son vías de entendimiento», dijo. Rajoy evitó el enfrentamiento dialéctico con la Generalitat que practican algunos miembros de su gabinete y alentó un espíritu de colaboración, como vía de solución para el atolladero catalán.

Y puso el AVE como ejemplo de la manera de vertebrar España y de cómo combatir el separatismo, desde una idea de España descentralizada y capaz de integrar a Cataluña. «Cataluña debe seguir siendo polo y pilastra de España, como dijo Vicens Vives», remató. En los últimos meses, a raíz de la deriva soberanista de Mas, el presidente del Gobierno ha insistido en que está dispuesto a dialogar, pero siempre pone la Constitución como límite para sentarse a hablar, lo que para la contraparte es tanto como decir que no quiere ni oír hablar del referéndum. Él insiste en proclamar su «voluntad de acuerdo», pese a que el margen de negociación del que dispone es muy limitado, más aún si Artur Mas circunscribe sus reclamaciones al ámbito identitario. Fuentes de la Generalitat valoraron positivamente la oferta de diálogo de Rajoy, aunque instaron al presidente del Gobierno «a pasar de las palabras a los hechos». «Si va en serio, tiene una buena ocasión para demostrarlo, por ejemplo, flexibilizando el objetivo de déficit para las autonomías», señalaron, para recordar que Cataluña pide que el 0,7% que se exige para 2013 se eleve al 1,5%.

Solo es «justicia»

Mas también acostumbra a hacer apelaciones al diálogo; sin embargo, en su discurso en la estación de Girona volvió a evidenciar que la distancia que le separa de Rajoy es enorme. El president habló ya de Cataluña casi como si fuera un estado más de la UE. Mientras el Príncipe y Rajoy hicieron sendas llamadas a la unidad, el líder nacionalista pensó en la conexión de Cataluña con Francia en línea con la pregunta que CiU y ERC quieren incluir en la consulta soberanista prevista para 2014 y que plantea la posibilidad de que el territorio se convierta en un estado en el marco europeo. «Necesitamos una gran conectividad con Europa. La unidad de mercado no la hemos de buscar en los estados tradicionales sino a escala europea», dijo.

Mas, en cualquier caso, centró su alocución en reclamar más inversiones para Cataluña. El presidente enarboló la bandera del agravio y denunció que, a pesar de que en determinados medios se presenta la línea del AVE hacia Gerona como un «privilegio» para Cataluña, a su juicio esta comunidad es la que tiene «menos dotación de infraestructura pública, aunque es la que más aporta al Estado». Mas reivindicó el corredor mediterráneo y situó la inversión del AVE como un acto de «justicia» con Cataluña, 20 años después de la puesta en marcha de la primera línea entre Madrid y Sevilla. La historia estuvo muy presente en su discurso y destacó que el primer tren español se construyó en Cuba, cuando la isla aún «pertenecía» a España, dando a entender que otros territorios se han independizado o podrían hacerlo en el futuro. Desde el PP criticaron el tono de Mas y el hecho de que no incluyera ni una sola felicitación en su turno de palabra.