Un encuentro a 300 por hora
Los presidentes español y catalán mantienen su primera charla tras el desafío soberanista en un clima frío, pero correcto
BARCELONA. Actualizado: GuardarTuvieron casi tres horas, pero apenas trataron temas de calado. Siempre acompañados por el Príncipe de Asturias y la ministra de Fomento, Mariano Rajoy y Artur Mas se vieron las caras por primera vez desde hace tres meses y medio. La última ocasión en que se reunieron fue el 20 de septiembre para negociar -sin acuerdo- el pacto fiscal y desde entonces ha llovido lo suyo. Existía mucho interés por ver juntos a Rajoy y a Mas en la inauguración del AVE, aunque el encuentro no dio mucho de sí. En tono institucional, los presidentes del Gobierno central y de la Generalitat no soltaron prenda sobre el estado de su relación.
Aunque cabía la posibilidad de que de la cita pudiese salir una fecha para una reunión en la Moncloa, al final el encuentro se quedó en saludos cargados de diplomacia. Clima frío, pero correcto. El encuentro, por tanto, quedó en el aire. «La disponibilidad del president es total, esta entrevista se hará en algún momento u otro y no tendrá un carácter protocolario», dijeron desde la Generalitat. Fuentes del Gobierno central, por su parte, señalaron que el Govern no ha pedido aún formalmente la reunión. Se especula con que Mas espera de la declaración que el Parlamento catalán hará sobre el derecho a decidir a finales de enero antes de abordar el viaje a Madrid.
No hubo fecha para la reunión, pero al menos sí un leve acercamiento. Ambos mandatarios se vieron por primera vez en la estación de Sants, en Barcelona, poco antes de la salida del tren, hacia las once de la mañana. «Bienvenido», le dijo el president, antes de cruzar algunas palabras cordiales con su interlocutor. Al rato, montaron en el AVE, junto al Príncipe y Ana Pastor. Los cuatro ocuparon asientos con una mesa de por medio, en la que don Felipe tenía a Mas en frente y Rajoy a Pastor. El protocolo se cuidó mucho de no poner a los dos presidentes juntos, ni tampoco cara a cara. Durante el trayecto hacia Gerona, mientras las televisiones pudieron grabarlos, hablaron de asuntos bastante triviales como el fútbol, las comidas navideñas o lo que engordan las cámaras.
«No era el lugar»
Y poco más de una conversación que transcurrió en un tren que circulaba a 300 kilómetros por hora. Fuentes de la Generalitat señalaron que los dos temas que había anunciado Oriol Pujol (CiU) que podían surgir en la conversación -el objetivo de déficit y la consulta soberanista- no se mencionaron en todo el día. «No era el lugar», argumentaron. El acto venía precedido de recelos mutuos y de resquemor, a raíz del distanciamiento entre la administración central y la autonómica. El punto clave de fricción fue la decisión de Mas de convocar un referéndum de autodeterminación que el Gobierno central considera ilegal.
Si bien no hace mucho (escasos cinco meses), CiU y el PP colaboraban con intensidad, tanto en el Parlamento español como en el autonómico, el distanciamiento entre ambos líderes se ha hecho patente en los últimos tiempos. Otro de los frentes que tiene abiertos la Generalitat es el de la flexibilización del déficit a las autonomías. Este tema tampoco salió a colación.
Qué pudo hablar Mas con don Felipe tampoco trascendió, si bien quedó patente que el presidente del Govern tiene más sintonía con el heredero de la Corona que con el jefe del Estado. En la última ocasión en que tuvo que posar con Juan Carlos I, durante la entrega del Premio Conde Barcelona, ni siquiera accedió a fotografiarse a su lado. En esta ocasión, el acto fue muy corto y, una vez acabados los discursos, todo el mundo se subió enseguida al tren.