Obama confía la defensa de EE UU a un republicano
El presidente nombra jefe del Pentágono a Chuck Hagel, veterano de la guerra de Vietnam y firme opositor a la invasión de Irak
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarObama anunció ayer el elegido para poner fin a una década de guerras. Chuck Hagel, su nuevo secretario de Defensa, si lo aprueba el Senado, no es de su mismo partido, «porque cuando se trata de la defensa de nuestro país no somos demócratas ni republicanos, sino americanos», justificó con patriotismo.
Con todo, el exsenador de Nebraska que lleva en el pecho «medallas y metralla» desde Vietnam es el segundo republicano que nombra para ese cargo. Hagel no es considerado un duro dentro de su partido, donde se ha encontrado con las primeras críticas. «Francamente, no creo que pueda votar para secretario de Defensa a alguien que dijo que la escalada de tropas en Irak sería el mayor traspiés en política exterior desde Vietnam», anticipó el senador Lidsey Graham, para quien Hagel sería «el más antagónico de la historia con respecto Israel».
El exsenador de Nebraska, de 66 años, dio a George W. Bush su voto para invadir Irak pero con el paso de los años y el evidente fracaso de esa guerra cambió de opinión. «Una vez más estamos aprendiendo una lección muy difícil en política exterior: EE UU no puede imponer la democracia sobre ninguna nación, sin importar lo noble que sea el propósito», escribió en 2006.
Hagel, que fue colega de Obama en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado, se contagió de su pensamiento y acabó refiriéndose a Irak como «una guerra por petróleo» que no era posible ganar. «Hagel entiende que la guerra no es solo una abstracción», dijo ayer el presidente. «Entiende que enviar a jóvenes estadounidenses a luchar y a sangrar en el barro es algo que solo hacemos cuando es absolutamente necesario».
Precisamente por eso, cuando surgieron voces en favor de bombardear las instalaciones nucleares de Irán se opuso firmemente incluso contra sanciones unilaterales, que no considera. Sus «peligrosas ideas» de entablar algún tipo de diálogo con organizaciones como Hamas y Hezbola le han valido ya la oposición férrea de diputados como Tom Cotton, que le acusa de ser «extrañamente hostil hacia Israel», algo que la Casa Blanca niega rotundamente.
Hagel obtuvo ayer el entusiástico apoyo de los ex secretarios de Defensa Colin Powell y Robert Gates que alabaron su indpendencia, pero falta ver entre otras cosas cómo reacciona el poderoso senador John McCain, del que fue gran amigo hasta que en 2008 se inclinó por Obama en la lucha de ambos por la Casa Blanca.
Obama dice que cuando le eligió para este cargo buscaba sobre todo quién defendería mejor al país, pero todos los analistas coinciden en que el principal activo de Hagel es haber vestido el uniforme en combate. El primer secretario de Defensa veterano de Vietnam tendrá por ello más credibilidad a la hora de aplicar los difíciles recortes de presupuesto que enfrenta el Pentágono este año.
En su misión por defender el país le acompañará como director de la CIA John Brennan, el asesor de Seguridad Nacional que «ha luchado incansablemente contra Al-Qaida», dijo ayer Obama de «uno de sus más cercanos asesores y gran amigo». Brennan, que ya trabajó en la CIA cuando el gobierno de Bush buscaba excusas para legitimar la tortura y las cárceles secretas, tendrá que responder por ello en la vista de confirmación.
Consciente de ello, el presidente defendió la «integridad» de su nominado, del que dijo siempre exige que las operaciones respondan «a los más altos estándares». Sin embargo, el próximo jefe de la CIA ha sido responsable en la Casa Blanca del programa de drones o aviones sin piloto, condenado por la ONU por causar un alto número de víctimas civiles en sus ataques, en violación de la soberanía de al menos tres países.