Economia

La mecha del barril de Iberia sigue puesta

La convocatoria de huelga está otra vez sobre la mesa y la empresa amenaza con volver al ajuste inicial: 4.500 despidos Los sindicatos deciden este jueves si dan por concluidas las negociaciones

MADRID. Actualizado: Guardar
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No se ha encendido aún, pero tampoco se ha retirado. La mecha del barril de pólvora en que se ha convertido Iberia desde que el pasado 9 de noviembre presentara su Plan de Transformación -todo un eufemismo, a juicio de los sindicatos de la aerolínea, que solo ven en él un «manual para el desmantelamiento» de la misma-, lejos de haber sido retirada con el inicio formal de las negociaciones sigue colocada y, además, con firmeza. Tanta que, según las distintas fuentes consultadas dentro de la empresa y en el propio sector, la convocatoria de una huelga vuelve a estar sobre la mesa y podría tomarse una decisión a finales de esta misma semana.

Media docena de reuniones, y no precisamente cortas, han servido para constatar que las posturas entre ambas partes siguen estando muy alejadas. Los siete sindicatos mayoritarios en los tres colectivos laborales de la compañía (UGT, CC OO, USO, Asetma, Sitcpla, CTA Vuelo y Sepla) tienen previsto reunirse el próximo jueves y, según las fuentes mencionadas, en esa cita van a tratar si dan por concluidas las negociaciones ante los avances «casi nulos» y adoptan medidas de presión, fundamentalmente una nueva huelga como la desconvocada en diciembre con la que volver a atraer la atención del Gobierno sobre su problemática. «Apenas nos dan una mínima parte de los datos que pedimos -por ejemplo, cuando solicitan detalles sobre la situación 'real' de la empresa y los planes de producción, como las rutas y bases que se van a eliminar o la carga que va a dejar de transportar- para tratar de buscar alternativas al ajuste brutal que pretenden, y con el resto se hacen el tonto», explica una de las personas presentes en las conversaciones con la aerolínea que continuarán esta semana.

La empresa, que se niega a dar detalles de las reuniones hasta que haya acuerdo o «novedades importantes que anunciar», sostiene que está negociando «con la mejor disposición posible» -mencionan su compromiso de extender de 2015 a 2017 el cumplimiento de sus objetivos de viabilidad, la no segregación de los negocios de mantenimiento y 'handling' (asistencia en tierra en aviones) hasta esa fecha o la alternativa de acogerse al «ventajoso» ERE en vigor desde 2001- y esperan «lo mismo» de los representantes de los trabajadores. Estos, por el contrario, sostienen que los directivos de la compañía «no hacen más que dilatar las conversaciones», sin ofrecer alternativas al polémico Plan de Transformación que, en lo básico, persigue la reducción forzosa de 4.500 empleos (casi una cuarta parte de la plantilla actual de 21.000 personas), cifra que en Iberia se plantearían dejar en el entorno de los 3.850 si la rebaja salarial media llega hasta el 38% para algunos colectivos (frente al 35% previsto).

Desde sindicatos como UGT, CC OO o el Sitcpla se insiste en la necesidad de que la aerolínea «mantenga un crecimiento proporcional al de sus socios» y les plantee un proyecto «que no se limite a ser un plan de acción a corto plazo, sin más contenido que la eliminación de puestos de trabajo, salarios y condiciones laborales hasta que salgan las cuentas». Uno de los puntos que más preocupan a los representantes de los trabajadores es la eliminación de 14 rutas desde la fusión con British y la cesión (total o parcial) de otra veintena a filiales de bajo coste como Air Nostrum e Iberia Express, amén de la reducción de carga en destinos transoceánicos de Latinoamérica y África, medidas de las que se estaría beneficiando British para su mayor expansión, según denuncian.

Iberia ha evitado entrar en este debate hasta ahora y se ha limitado a señalar lo previsto en su plan de reestructuración presentado hace dos meses: reducción de su capacidad del 15% en 2013 para resultar rentable.