Una bandera británica arde durante una protesta ante la terminal de cruceros de Buenos Aires. :: REUTERS
MUNDO

Cristina gana la batalla a Londres

David Cameron sale al paso por segunda vez en una semana a la reclamación argentina de las islas Malvinas

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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El conflicto entre Argentina y Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas ha revivido al cumplirse los 180 años de la ocupación británica de este archipiélago situado en el Atlántico Sur. La carta de la presidenta Cristina Fernández publicada en los principales diarios londinenses el 3 de enero sigue provocando reacciones, y si el aniversario de la ocupación pasaba desapercibido, Fernández parece ahora decidida a que durante su mandato, Londres quede contra las cuerdas forzado a negociar.

Con su misiva, en la que Cristina acusaba de «colonialista» al gobierno británico, ha conseguido al menos inquietar al primer ministro David Cameron, que ayer realizó la segunda declaración pública en menos de una semana respecto a esta controversia. En una entrevista en la BBC, Cameron se comprometió a «luchar» por mantener las islas Malvinas y recordó que su país cuenta en estos momentos con uno de los cinco mayores presupuestos en materia de defensa del mundo. «Tenemos fuertes defensas en las Malvinas, es absolutamente clave que tengamos jets rápidos estacionados allí, y tropas en las islas», dijo.

Ya el pasado viernes, Cameron insistió en que son los habitantes de las islas los que «deben determinar su futuro» y pidió a la presidenta Fernández que «escuche» el resultado del referéndum que realizarán los isleños el 10 y el 11 de marzo para definir su destino. En la polémica intervino también el propio Gobierno de las Malvinas, que acusó al de Argentina de «ignorar una vez más los derechos y deseos» de los isleños y subrayó que no son una colonia de Reino Unido, sino «un territorio británico de ultramar por elección». Pero Cristina no está dispuesta a reconocer los deseos de los 'kelpers', pues considera que el conflicto debe ser resuelto entre Argentina y Reino Unido, y no con un tercer actor en la mesa que incline la balanza a favor del segundo.

La tensión ha llegado también a Buenos Aires, donde en los últimos días se han registrado encendidas protestas contra los viajes de turismo en buques británicos hacia las Malvinas. El viernes, los manifestantes se dirigieron a la terminal de cruceros para denunciar que los buques 'Star Princess' y 'Seabourn Sojourn' incumplen la ley 'Gaucho Rivero', que prohíbe que los barcos británicos implicados en la «explotación de recursos naturales» de las Malvinas atraquen en los puertos de cinco provincias argentinas.

Desclasificados

La nueva crisis entre los dos países resurgió en diciembre cuando Londres decidió llamar 'Tierra de la Reina Isabel' a un área del sector antártico argentino. La iniciativa fue interpretada por Buenos Aires como una provocación en vísperas del aniversario de la ocupación de Malvinas. A fines de ese mismo mes, el Gobierno de Reino Unido desclasificó unos 3.500 documentos oficiales elaborados en 1982 y vinculados con el conflicto bélico que se desató entre ambos países ese año cuando la dictadura militar argentina decidió sorpresivamente el desembarco armado en las islas con la intención de recuperarlas por la fuerza. La guerra se prolongó durante más de dos meses y culminó con la rendición argentina y casi un millar de muertos.

Los documentos revelan que la exprimera ministra Margaret Thatcher ordenó en aquel momento que se evaluara la posibilidad de entregar las islas a Naciones Unidas para su administración. Fue en mayo, un mes después del desembarco argentino y en pleno enfrentamiento bélico. Entre los informes dados a conocer, provenientes del Foreign Office, de Downing Street, del ministerio de Defensa y del Almirantazgo, hay también omisiones y párrafos censurados. Londres cumplió así parcialmente con la ley que obliga a revelar documentos secretos 30 años después de haber sido emitidos.