El novio de la joven violada en India denuncia que nadie los socorrió

Mientras la mecha de la indignación continúa prendida en toda India por la violación que sufrió el pasado 16 de diciembre una estudiante de 23 años, la Justicia ha emprendido sus primeras acciones para castigar a los responsables. Un tribunal de Nueva Delhi imputó ayer a cinco de los seis acusados de abusar sexualmente y torturar en un autobús a la joven, que falleció la semana pasada. Los sospechosos, que están incomunicados en prisión, comparecerán mañana ante los magistrados. No podrá hacerlo, en cambio, el sexto implicado, que tiene 17 años y se encuentra recluido en un centro de internamiento para menores.

La juez Namrita Aggarwal, de la Corte metropolitana de Saket, imputó a los acusados por una larga serie de delitos entre los que figuran violación y asesinato; este último puede ser castigado en India con la pena capital. Las autoridades locales han prometido que el proceso se celebrará por la «vía rápida», con audiencias diarias o casi diarias. Además, está previsto que comparezcan 30 testigos, incluidos varios de los médicos que atendieron a la víctima.

La joven, una estudiante de Fisioterapia, fue violada y torturada con una barra de hierro durante 40 minutos el pasado 16 de diciembre. Junto a ella viajaba su novio, que fue inmovilizado y golpeado al intentar impedir el abuso. Tras la paliza ambos fueron arrojados a la carretera desnudos y heridos. La chica falleció hace una semana en el hospital de Singapur al que fue trasladada poco después de la agresión, que según el parte médico, le causó «infección en los pulmones y el abdomen, y una herida cerebral grave».

«Desnudos en la carretera»

En sus primeras declaraciones a la prensa, efectuadas durante una entrevista difundida anoche por la cadena televisiva Zee News, la pareja de la joven criticó que nadie se acercó a ellos para ayudarlos tras ser abandonados en la calle. «Intentamos detener a la gente que pasaba. Durante 25 minutos, varios motocarros, coches y motos ralentizaron su marcha pero nadie se detuvo. No teníamos ropa, no podíamos levantarnos y había gente pasando a nuestro lado», denunció.

El joven también arremetió contra el trabajo de las fuerzas del orden por su lenta gestión del incidente. «La Policía no es una persona, es un sistema, y si el sistema falla repetidamente, la gente que está a cargo debería renunciar a sus puestos por razones morales», afirmó. Horas después, el comisario adjunto de la Policía, Vivek Gogia, salió al paso de las críticas vertidas. En ese sentido, Gogia aseguró que las víctimas llegaron al hospital 33 minutos después de que los agentes recibieran la primera llamada de aviso y negó que hubiera existido un problema de «jurisdicción».

El caso ha suscitado una enorme e inusitada ola de protestas en India, donde las mujeres son objeto de graves discriminaciones en muchos ámbitos de la sociedad pese a copar cargos de importancia en círculos como el político, el académico o el judicial. Varias personalidades han pedido la horca para los acusados, cuya defensa corre a cargo del Estado después de que el Colegio de Abogados de Saket se negara a representarlos.