Juan López Fernández, Jan, con 'Superlópez', su famoso personaje. :: R. C.
Sociedad

El arte de decir 'no' gana adeptos

El dibujante Jan engrosa la creciente lista de negativas a un premio oficial al rechazar la Medalla de las Bellas Artes

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Hay noes iracundos y elegantes. Altivos o humildes. Ácidos, chistosos, maleducados, impuestos y hasta condescendientes. Decir no a un reconocimiento oficial, sin ser habitual, es cada vez más común. El dibujante Jan, creador de 'Superlópez' y 'Pulgarcito', es el último 'agraciado' con una distinción institucional que practica el arte de decir 'no' antes que gracias. Lo ha hecho sin estridencias y sin afán de molestar. Pero se niega a recibir la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes que antes que él rechazaron José Tomás, Paco Camino o Albert Boadella.

Es el segundo 'no' a Cultura en unos meses, después de que Javier Marías rechazara el Nacional de Narrativa. Aunque escasos, los noes lastran premios tan apetecidos como el Nobel o el Oscar. El premio mayor de las letras españolas, el Cervantes, no ha sufrido un desaire del que no está del todo a salvo. Marías dijo que no lo aceptará si llega. Lo mismo hizo en su día otro candidato recurrente, Juan Goytisolo, que ya rechazó la Legión de Honor francesa. La misma que se negado a recoger un notable colega de Jan, el francés Jacques Tardi, maestro del cómic que ha dicho 'no' antes de que la condecoración fuera efectiva.

El día del los Santos Inocentes el Consejo de Ministros incluyó en la nómina de ganadores de la medalla a Juan López Fernández (Toral de los Vados, León, 1939), Jan en el mundo del tebeo. El lunes 31, antes de recibir comunicación oficial, Jan devolvía un educado 'no, gracias'.

Agradecido ante «las muchas felicitaciones», se disculpa por provocar «tantas expectativas entre colegas, amigos, y paisanos». «Hubiera preferido que me lo preguntaran primero, pero ante las circunstancias sociales y políticas actuales no puedo, por ética personal, aceptar la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes que, según he sabido por la prensa, me concede el Ministerio de Cultura de España», ha escrito el historietista a la espera de «confirmación oficial para actuar en consecuencia». «Siempre he intentado sentirme bien conmigo mismo, y para ello debo actuar lo más ceñido posible a mis convicciones. Saludos y un abrazo muy solidario para todos», concluye Jan, que sí aceptó galardones no institucionales, como el del Salón del Cómic de Barcelona en 2002 o el premio Ivà en 2005.

Sorpresa

El más sonado 'no' del curso cultural fue el de Javier Marías, que sorprendió a pesar de sus avisos diciendo que no aceptaría más premios institucionales. Fue otro 'no' educado y razonado. Marías explicó sus argumentos para rechazar el premio y sus 20.000 euros «por coherencia». Aceptarlo le parecería «una sinvergonzonería». Menos explícito y más sarcástico fue Santiago Sierra, que ha hecho de la provocación su manera de ser y de estar en el mundo del arte. Sierra, una de cuyas obras es un 'NO' mayúsculo, rechazó en 2010 el Nacional de Artes Plásticas tras representar a España en la bienal de Venecia con una controvertida propuesta.

En su misiva a la entonces titular de Cultura, Ángeles González-Sinde, ironizó asegurando que «los premios se conceden a quien han realizado un servicio, como por ejemplo, a un empleado del mes». Se definía como «un artista serio» incapacitado por «sentido común» para aceptar premios de «un Estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común, sin importar qué partido ocupe el puesto».

Antes que Jan, los toreros José Tomás y Paco Camino devolvieron las medallas de Bellas Artes obtenidas en 2004 y 2007. Les pudo el orgullo y renunciaron a la distinción al saber que la recibiría Francisco Rivera Ordóñez, colega al que no consideraban artista.

Más lejano es el precedente de Albert Boadella y Els Joglars, que rechazaron el Nacional de Teatro en 1993. Boadella dijo que el grupo se sentía pagado con el entusiasmo del público que no faltó en los momentos difíciles, cuando un premio oficial era una quimera. El hoy director del los Teatros del Canal tampoco aceptó en 2004 la Cruz Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña.

El más llamativo 'no' es del pensador francés Jean Paul Sartre al Nobel de Literatura en 1964. Llovía sobre mojado. En 1945 el autor de 'La náusea' rechazó la Legión de Honor. Lo paradójico es que Sartre maniobró en 1975 para obtener la nada desdeñable dotación económica del Nobel. Boris Pasternak, autor de 'Doctor Zhivago' y Nobel de Literatura en 1958, aceptó de buen grado el galardón, pero las autoridades soviéticas le presionaron hasta obligarle a rechazarlo. En el cine la negativa -parcial- más sonada la protagonizó Marlon Brando, que no quiso recoger el Oscar que ganó en 1972 por su papel de Vito Corleone en 'El Padrino'. Envió a recogerlo a Sacheen Littlefeather, actriz india que lanzó un alegato contra el maltrato y la discriminación de Hollywood hacia las primeras naciones americanas.