Los habitantes de la capital centroafricana huyen ante el avance de los rebeldes
Actualizado: GuardarLos habitantes de Bangui buscan refugio en la otra orilla del río Oubangui, la frontera fluvial que los separa de la República Democrática del Congo. La llegada de los milicianos de la coalición Séléka a las inmediaciones de la capital centroafricana ha impulsado el éxodo de muchos de sus casi 700.000 vecinos, ya sea en vehículos o recurriendo a los barcos que conectan ambos países. Mientras tanto, aquellos que permanecen en el núcleo urbano se aprovisionan de víveres y agua ante el temor de una batalla por su control y el riesgo de posibles saqueos. Sin embargo, los portavoces de la alianza rebelde siguen apostando por las conversaciones para un alto el fuego iniciadas el pasado jueves y no han declarado aún ningún ultimátum a la Administración local.
Las declaraciones de Idriss Deby, jefe del Ejecutivo chadiano y único aliado relevante del acosado Gobierno, han constituido hasta la fecha la única manifestación exterior a favor del régimen. El dirigente ha sorprendido a la opinión pública al asegurar que el contingente de 300 soldados enviados a la ciudad intentará impedir que caiga en manos de los insurrectos, aunque también ha señalado que si se produce el asalto no combatirán con las tropas regulares. En el mismo comunicado también ha señalado su apuesta por una salida negociada del conflicto y que la iniciativa de enviar efectivos se enmarca dentro de los acuerdos de cooperación armada suscritos por la Comunidad Económica de los Estados de África Central hace doce años.
La desesperada petición de ayuda del presidente François Bozizé a Francia y Estados Unidos se ha revelado ineficaz. El titular del Eliseo ya puntualizó que los 250 militares franceses instalados en la antigua colonia gala tan solo protegerán a sus compatriotas y Washington evacuó la pasada noche al personal de su Embajada en una operación realizada prácticamente a hurtadillas.
Ejército mal pertrechado
La ofensiva de Séléka prosigue en el norte del país sin aparente respuesta gubernamental, lo que constata la información del diario centroafricano Le Confident cuando afirma, en su edición digital, que el Ejército local se halla pésimamente organizado y pertrechado, tal y como sucede con la mayoría de las fuerzas castrenses del continente. La única respuesta popular de envergadura se encuentra en la marcha de seguidores de Bozizé que acabarán con el asalto de la legación diplomática francesa.
La sublevación comenzada el pasado día 10 no responde a un proyecto político, tal y como revelan las propias declaraciones de sus promotores, que lo explican como una reacción al incumplimiento de los acuerdos de paz de 2007. Este tratado implicaba la desmovilización de cuatro grupos guerrilleros a cambio de compensaciones económicas y la liberación de presos políticos, condiciones aún no llevadas a cabo por el régimen. La reacción de los insatisfechos los ha conducido a las puertas de la capital y de un más que probable cambio de Gobierno.