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El presidente de Egipto llama a un diálogo nacional tras promulgar la Constitución

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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El presidente egipcio, Mohamed Mursi, defendió ayer la transparencia del referéndum constitucional celebrado los días 15 y 22 y reiteró su llamamiento a la oposición para que participe en un diálogo nacional. En un discurso con motivo de la aprobación de la nueva Carta Magna, Mursi subrayó que el plebiscito contó con una supervisión judicial «completa» y que Egipto comienza ahora «una fase de estabilidad y desarrollo». El presidente egipcio anunció que para afrontar los desafíos de la nueva etapa se efectuará una remodelación del gobierno, sobre la que ya ha tratado con el primer ministro, Hisham Qandil.

En su alocución, Mursi reconoció que la etapa pasada estuvo marcada por algunos errores de todas las partes y asumió la responsabilidad de ello. «He insistido en que Egipto tenga una Constitución para recuperar la estabilidad y por eso he tomado muchas decisiones difíciles», subrayó. Sobre la Carta Magna, afirmó que limita los poderes del jefe del Estado: «Hace del presidente un servidor del pueblo y no un gobernante tirano», añadió.

En su opinión, el texto refleja el espíritu de la Revolución del 25 de enero de 2011 con su rechazo a la discriminación y su respeto a las libertades, entre ellas la de opinión. «No quiero el poder ni me interesa controlarlo todo porque el poder es del pueblo egipcio», apostilló, en alusión a los que critican que el presidente y los Hermanos Musulmanes buscan dominar todos los resortes del poder.

La Comisión Electoral anunció los resultados definitivos del plebiscito sobre la nueva Constitución en el que ganó el «sí», apoyado por los islamistas, con el 63,8 % de los votos. El martes por la noche, el presidente firmó el nuevo texto constitucional, que estipula que en dos meses deben empezar los trámites para la celebración de elecciones legislativas.

La Carta Magna fue rechazada por el Frente de Salvación Nacional, que aglutina a la mayor parte de la oposición no islamista, al considerar que su redacción estuvo monopolizada por los Hermanos Musulmanes y los salafistas. Precisamente ayer 150 dirigentes de esta última tendencia abandonaron el partido Al Nur para impulsar una nueva formación. La iniciativa ha surgido del ala menos conservadora de Al Nur, segundo partido político de Egipto.