ESPAÑA

PP y PSOE alaban la cercanía del monarca con los problemas de los españoles

Artur Mas pide tras ser investido presidente de la Generalitat que no se pongan «rejas» a la voluntad del pueblo catalán

MADRID. Actualizado: Guardar
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Una llamada a la colaboración de todos los partidos para dejar atrás la crisis. Esta fue la principal conclusión que los dos principales partidos del arco parlamentario extrajeron del tradicional mensaje navideño de don Juan Carlos.

Tanto PP como PSOE coincidieron en aplaudir la cercanía mostrada por el monarca con las familias que están sufriendo las consecuencias de la recesión y su capacidad para «atisbar soluciones» a sus problemas, según valoró el vicesecretario general de Organización popular, Carlos Floriano. «Su majestad animó a buscar las fórmulas para que los que estamos en política podamos superar las diferencias que legítimamente tenemos pero que debemos dejar a un lado para buscar el punto de acuerdo y las soluciones inteligentes. Volvió a demostrar por qué es el jefe del Estado», apuntó el dirigente del PP, quien destacó el mensaje lanzado para mantener «la confianza en nosotros mismos y en las potencialidades de nuestro país para resolver los problemas que tenemos y también para ser capaces de seguir siendo referencia en Iberoamérica y en Europa».

Desde el partido socialista la secretaria de Política Social, Trinidad Jiménez, alabó la «sensibilidad social» de don Juan Carlos. «El discurso es muy ajustado a la realidad política, social y económica de nuestro país», opinó.

En el lado opuesto a los dos partidos mayoritarios se situó el coordinador general de Izquierda unida, Cayo Lara, para quien el discurso pronunciado por el Rey denotó «una notable falta de credibilidad, un preocupante distanciamiento de la realidad y evitó señalar las verdaderas causas de los problemas y a los responsables del desastre económico».

Por parte de UPyD su portavoz Gorka Maneiro consideró que, aunque «políticamente correcto», el mensaje del monarca fue «poco incisivo y con grandes ausencias», entre las que situó la educación y la corrupción.

Telón negro

Artur Mas, investido presidente de la Generalitat catalana el día de Nochebuena con el apoyo de CiU y ERC, afirmó no haber seguido el discurso de don Juan Carlos debido a que el lunes se marcó como tarea prioritaria la composición de su futuro Gobierno. Sí tuvo que responder ante la insistencia de los periodistas el motivo de que un telón negro que ocultó el retrato del monarca colocado en la sala donde tomó posesión de su cargo. «No había ninguna intención», dijo.

El líder convergente insistió en su programa soberanista y pidió al Estado que «no ponga rejas a la voluntad del pueblo». Con respecto al llamamiento del Rey para sumar voluntades, apuntó que el Ejecutivo que lidera «es el primero que quiere integrar fuerzas», pero «dentro de la Unión Europea». El número dos del partido, Oriol Pujol, pidió que el respeto por la unidad solicitado por el monarca «sea mutuo» con la voluntad del pueblo catalán por decidir su futuro.

El soberanismo también estuvo presente en las valoraciones de PNV y Amaiur. La formación de Iñigo Urkullu pidió que se abran los cauces legales para que «la voluntad popular de Euskadi y Cataluña pueda expresarse». La izquierda abertzale fue más allá en sus críticas y, en palabras de su diputado Mikel Errekondo, «el Rey es el heredero de Franco y por lo tanto no representa a Euskal Herria».