Benedicto XVI, ayer, en el momento de enviar su primer 'tuit'. :: REUTERS
Sociedad

El Papa reúne a un millón de 'tuiteros'

Benedicto XVI se estrena con cuatro mensajes en la red, aunque el Vaticano debe afrontar una oleada de parodias

ROMA. Actualizado: Guardar
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Con un tono un poco circense, una voz anunció ayer por megafonía en la sala de audiencias del Vaticano: «¡Y ahora el Santo Padre enviará su primer 'tuit'!». Al acabar el tradicional encuentro con los fieles, como estaba previsto, Benedicto XVI se sentó ante una tableta electrónica y apretó con un dedo la opción 'enviar'. En la pantalla de la sala apareció una frase entre aplausos y, simultáneamente, en más de un millón de ordenadores y móviles repartidos por el mundo: «Queridos amigos, me uno a vosotros con alegría por medio de Twitter. Gracias por vuestra respuesta generosa. Os bendigo a todos de corazón». Ratzinger, de 85 años, pasará a la historia como el Papa que metió a la Iglesia en la evangelización digital. El original era en inglés, pero se tradujo al instante a otros siete idiomas, entre ellos el español, que anoche tenía ya más de 300.000 seguidores.

El Papa ha conseguido, gracias a una hábil estrategia mediática, ser la persona a la que más gente esperaba en Twitter antes de que dijera nada. Aunque luego lo que dijo podía parecer poca cosa ante tanta expectación. Sus colaboradores, porque él no escribe los textos, solo los supervisa, tendrán que currárselo para superar el temible género de respuesta del catecismo o la frase de calendario.

Tras el saludo, a lo largo del día de ayer respondió a tres preguntas seleccionadas entre las enviadas. Eran del mismo tono. Iniciado el rodaje, queda el reto de obtener frescura y cercanía en los mensajes que el Papa publicará a partir de hoy. Los seleccionará en la Biblia o en otros textos y un ayudante los adaptará a la brevedad exigida, no más de 140 caracteres.

Es en este campo abierto y minado de las preguntas donde ha quedado en evidencia el riesgo de la entrada del Papa en Twitter, pues se les ha llenado de gamberros. Como todo internet, es fenomenal para las tonterías y en el canal abierto para formular preguntas se ha creado un auténtico subgénero de payasada que también triunfa. Ayer, por ejemplo, en lengua italiana había cuestiones trascendentales como: ¿Es verdad que el diablo viste de Prada? ¿Santidad, prefiere el coyote o el correcaminos? ¿Tiene una 'papacaverna' como Batman tiene la 'batcueva'? Por citar las menos polémicas.

El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, explicó en Radio Vaticana que se lo esperaba y hasta lo contó en forma de parábola evangélica: «El nuevo 'tuiteador' salió al continente digital para 'tuitear'. Algunos dijeron: '¿Quién es este intruso?' Y le tomaron el pelo. Otros dijeron: 'Interesante y divertido. Veamos si consigue más seguidores que actores y futbolistas', pero no pensaron en lo que decía». Por cierto, que Lady Gaga tiene 31 millones de seguidores y el Dalai Lama, seis millones. Pero el relato sigue con un tercer grupo que escuchó al predicador digital y comenzó a 'retuitear', a rebotar su mensaje por el mundo.