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Cameron se disculpa por el asesinato de un abogado de miembros del IRA
La Justicia confirma que las fuerzas británicas colaboraron «a niveles escandalosos» en la muerte de Patrick Finucane
LONDRES. Actualizado: GuardarEl Ejército, la Policía y los servicios de Inteligencia británicos colaboraron «a niveles escandalosos» con organizaciones paramilitares protestante de Irlanda del Norte en el asesinato de un reconocido abogado de Belfast, según concluye el informe sobre el caso publicado ayer. Patrick Finucane, que defendió a miembros del IRA en los años ochenta, fue acribillado con 14 tiros en el comedor de su casa en febrero de 1989. Su mujer Geraldine resultó herida y sus tres hijos presenciaron el atentado.
La familia Finucane tachó ayer el informe de «farsa» y producto de una maniobra del Gobierno de Londres para «suprimir la verdad». De poco sirvió la disculpa pública del primer ministro, David Cameron, que aceptó las conclusiones de la investigación que ha conducido el letrado Desmond da Silva. «Lo siento profundamente», dijo el mandatario conservador en la Cámara de los Comunes tras calificar de «totalmente inaceptable» la actuación de agencias y agentes del Estado en acciones dirigidas contra el IRA en la década de los ochenta. En su revisión, Da Silva confirma sospechas y hechos conocidos desde hace tiempo. Da por probado que el Royal Ulster Constabulary (RUC), la ya extinguida fuerza policial de Irlanda de Norte, pasó información a paramilitares protestante sobre objetivos, entre ellos Finucane. Afirma que los agentes propusieron eliminar al abogado y oficiales del Ejército distribuyeron su fotografía y propaganda sobre sus actividades, pero niega que existiera una «conspiración estatal para asesinarle».
Fuentes estatales
El informe destapa que el 80% de los datos manejados por la Asociación en Defensa del Ulster (UDA), el mayor grupo paramilitar protestante activo durante el conflicto, provenía de fuentes estatales. También confirma que los servicios secretos sabían que la vida de Finucane estaba en eminente peligro pero nada hicieron por protegerle. Da Silva acusa al RUC de no investigar ni detener a miembros del UDA sospechosos del crimen y denuncia incesantes intentos de agencias y agentes estatales para burlar la justicia.
Un grupo asociado a la UDA reivindicó entonces el asesinato. El caso judicial contra el principal sospechoso se vino abajo cuando un testigo se negó a declarar. William Stobie escapó entonces, pero fue asesinado por sus colegas de armas en 2001. Dos años después el paramilitar Ken Barrett fue sentenciado a 22 años de cárcel por el asesinato de Finucane.
La viuda del abogado sigue convencida de que el Estado británico conspiró para matar a su marido. La familia obtuvo en 2001 la garantía del anterior Gobierno laborista de que el asesinato se investigaría a fondo en un proceso público e independiente. Cameron renegó a la promesa y ordenó a Da Silva la revisión de la documentación sobre el caso en un intento por dar carpetazo a los crímenes históricos relacionados con el terrorismo. La oposición y organizaciones proderechos humanos se unieron ayer al llamamiento de los Finucane para que se ponga en marcha una encuesta pública que llegue al fondo de la verdad.