Miembros de los Hermanos Musulmanes, en la manifestación de ayer. :: AFP
MUNDO

El préstamo del FMI a Egipto se retrasa

El Ejército asume en apariencia un papel mediador en la crisis y llama a la sociedad a un diálogo para rebajar tensiones

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Con las calles de El Cairo de nuevo colapsadas por manifestaciones rivales a favor y en contra del referéndum constitucional previsto para este sábado, el Gobierno egipcio tuvo que retrasar ayer las negociaciones de un largamente esperado préstamo del Fondo Monetario Internacional de 4.800 millones de dólares (3.690 millones de euros). La situación política, que mantiene paralizada la maltrecha economía egipcia, no admite los drásticos recortes y subidas de impuestos que exige el organismo internacional y que podrían elevar aún más la tensión.

El Ejército, que la semana pasada volvía a la escena política tras meses de mutismo y que se encargará de preservar la seguridad durante el referéndum, intenta adoptar en apariencia un papel mediador en la crisis. Ayer llamó a una reunión de «la familia egipcia», un diálogo no oficial para rebajar tensiones, al que han invitado a todos los sectores sociales.

Los partidarios y detractores del presidente Mohamed Mursi volvieron a medir sus fuerzas en las calles de la capital, aunque esta vez con varios kilómetros de por medio, lo que evitó enfrentamientos como los que la semana pasada acabaron con la vida de ocho personas. Los Hermanos Musulmanes y varios partidos y grupos salafistas, que ya han iniciado la campaña a favor del 'sí' en el referéndum constitucional, se concentraron en el barrio de Medinat Nasser.

Como la de ayer, sus últimas manifestaciones han estado centradas en defender dos ideas: el Islam y la sharía (ley islámica) como modelo para Egipto y la legitimidad del primer presidente democrático para impulsar, dicen, la transición. La Constitución, aseguran desde la cofradía y su foro, traerá la más que ansiada estabilidad política y con ella, la reactivación de la economía. Ése es el principal gancho que usan para su campaña, que podría calar entre un sector de la sociedad que ha visto mermar sus ingresos con cada nueva crisis política.

La oposición no islamista, que volvía a concentrarse junto al palacio presidencial aunque con menos seguidores que en los días anteriores, se encuentra dividida sobre qué decisión tomar respecto al referéndum. Algunos grupos boicotearán la cita ya que consideran que acudir a las urnas solo legitimaría el proceso. Otros, como el ex secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, han iniciado ya una campaña por el 'no' si el plebiscito sigue adelante.

El Frente Nacional de Salvación, que lidera el Nobel de la Paz Mohamed el-Baradei, aún no se ha pronunciado en un sentido u otro y parece estar pendiente de qué va a pasar con los jueces. El Club de Jueces, principal asociación de magistrados del país, volvió a confirmar que no supervisará el referéndum, aunque desde el Gobierno se asegura que cuenta con suficientes magistrados como para llevar adelante la votación. En este clima, el Ejecutivo retrasa las negociaciones con el FMI sobre el préstamo solicitado.

El domingo, el presidente Mursi propuso un paquete de medidas de austeridad recibido con furia por los egipcios. Pocas horas después lo retiró, consciente quizás de lo poco beneficioso que podría ser para el referéndum tener a la mayoría de la población en contra.