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Strauss-Kahn se libra de la camarera de Nueva York con un acuerdo millonario
El juez ha aceptado que los términos del acuerdo se mantengan confidenciales
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarMás de año y medio de drama público se resolvió ayer en menos de cinco minutos en un tribunal del Bronx. Allí el juez Douglas McKeon aceptó el acuerdo económico alcanzado entre los abogados de la camarera del hotel Sofitel de Nueva York que el 14 de mayo de 2011 acusó de asalto sexual al director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, que entonces parecía destinado a ser el próximo presidente de Francia.
El culebrón que eludió los tribunales penales se ha resuelto a la americana, con una demanda civil y una compensación millonaria. Fuentes cercanas a las partes dijeron a la prensa francesa que el pacto para que la viuda guineana del Bronx retirase la demanda consistía en el pago de seis millones de dólares (4,6 millones de euros), algo que los abogados de Strauss-Kahn niegan rotundamente.
El juez neoyorquino ha aceptado que la cantidad se mantenga en secreto, lo que parecía ser un requisito sin el que el político socialista, que cuánto más haya pagado por el silencio de su presunta víctima más habrá comprometido su credibilidad.
Straus-Khan no ha tenido que volver a EE UU para sellar la disputa. El juez solo requirió la presencia de su víctima, Nafissatou Diallo, de 33 años, de cuya boca quería oír su consentimiento expreso para retirar la demanda. Eso sirvió para que el exdirector del FMI se librase de la foto. Por la mañana, cuando salió de casa en pantalón vaquero, se encontró en la puerta con un grupo de cámaras. «¿Vaís a seguir filmándome mucho más?», preguntó irritado mientras se subía al coche.
Strauss-Kahn volverá a ser el centro de atención el próximo día 19, cuando la justicia francesa decida si desestima los cargos que tiene contra él por haber participado en un círculo de prostitución que presuntamente funcionaba en otro hotel de lujo. Él ha admitido participar en «fiestas libertinas» pero dice no haber sido consciente de que se pagaba por ellas. En el caso de Diallo, donde había pruebas de ADN, el político afirmó que había sido una relación consentida.
El fiscal de Manahattan retiró los cargos cuando el pasado de la guineana no era suficientemente impoluto como para ganar un caso en el que competiría su palabra contra la del poderoso político. Eso motivó a Diallo a continuar su lucha en los tribunales civiles, donde dijo defender su dignidad como mujer y demostrarle a su hija que ningún hombre puede abusar de ella por poderoso que sea. Ayer, tras explicar al juez que acepta la compensación para seguir adelante con su vida, tuvo por fin unas palabras para la prensa que ponen punto y final a su historia.