Economia

La inestabilidad de Italia impacta en la línea de flotación delGobierno

La prima de riesgo repunta, y cuatro ministros del Gabinete de Rajoy piden a la Unión Europea que actúe como escudo

MADRID. Actualizado: Guardar
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El retorno de Italia a una nueva fase de inestabilidad política supone un ataque directo en la línea de flotación del Gobierno de Mariano Rajoy. La prima de riesgo de España, que mide la confianza de los inversores en la deuda soberana, trepó al cierre diez puntos, tras el anuncio de dimisión de Mario Monti, primer ministro del país transalpino, para quedar en 426 unidades. Pudo haber sido peor, porque se alcanzaron hasta 440 puntos básicos a lo largo de la jornada. Los inversores exigen otra vez un 5,5% de rentabilidad para comprar obligaciones españolas a diez años.

Comprar bonos alemanes del mismo plazo solo requiere pagar un interés del 1,3%. Difícil de justificar esa diferencia cuando se comparte la misma moneda. En un clima de desconcierto y zozobra, hasta cuatro miembros del Ejecutivo español salieron en tromba este lunes para apelar al «escudo» europeo como argumento defensivo. Más o menos directamente, todos recordaron a la UE que si se llegaran a despejar todas las dudas que se abaten sobre el futuro del euro, los problemas de la crisis de la deuda soberana quedarían reducidos al mínimo.

En el Senado, durante el debate de las cuentas públicas, el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, se esforzó por trasmitir optimismo. Volvió a decir que España soporta un diferencial de tipos de interés que no se corresponde con los fundamentales del país, e insistió en que abaratar el coste de financiación de la economía española es el objetivo fundamental de unos Presupuestos que vuelven a exigir sacrificios de la sociedad con el objetivo de contener el déficit.

Desde Bruselas, los titulares de Exteriores y de Industria abundaron en la tesis de que la zona euro debe reaccionar ante los problemas políticos de Italia «con el mensaje claro de que el euro es irreversible». «Una buena señal, un primer paso, sería aprobar la unión bancaria tal como se pactó el pasado julio», apostilló el ministro García Margallo.

Bajo la influencia de los sombríos augurios, la bolsa española registró una trayectoria zigzagueante. El Ibex 35, que llegó a perder más del 1,7% a media sesión, logró mantener al cierre el nivel de los 7.800 puntos, y cerró en 7.004 unidades. Fue un retroceso del 0,5%, que sitúa las pérdidas acumuladas en lo que va de año en el 8,89%. Más significativo fue el tirón de la prima de riesgo, que si en España escaló diez puntos, en Italia cerró en 351 puntos básicos, frente a los 323 registrados en la apertura. Ninguna duda respecto a la causa de la debacle: frente al retroceso del 2,2% en la Bolsa de Milán, el resto de parqués europeos cerró con ligeras alzas, del 0,18% en París, del 0,17% en Francfort y el aún más leve avance del 0,12% registrado en Londres.

Hasta ahora, el Tesoro español se las prometía relativamente felices, al cumplir con holgura el abastecimiento necesario para la financiación de este ejercicio, y hasta acariciaba la idea de recomponer la estructura de deuda para canalizarla a plazos más largos. Así se explica la emisión de bonos a treinta años convocada, entre otros plazos, para el próximo jueves. Pero el resurgir de Silvio Berlusconi ha resucitado los fantasmas de las más sombrías etapas de la economía europea.

Momento crítico

El momento es crítico. Nadie da por seguro que el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de mañana logre el consenso para los aspectos más decisivos de la unión bancaria: supervisión común de las 6.000 entidades de la zona -incluidas las cajas de ahorros de los lander germanos- y corresponsabilidad en los saneamientos, lo que implicaría una futura mutualización de la deuda. Sin esos mimbres, la cita de los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE del próximo fin de semana no alcanzará los resultados tangibles que España desea.

Han vuelto las apremiantes sugerencias de que Rajoy pida el rescate a los socios europeos. Para que el BCE empiece a comprar deuda en los mercados secundarios se requiere la demanda formal del Gobierno español. Hasta cuatro miembros del Ejecutivo de Mariano Rajoy -los titulares de Economía, Hacienda, Industria y Asuntos Exteriores- salieron en tromba a puntualizar que la solución de los problemas no está en España, sino en el conjunto de la zona euro.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, al ser preguntado sobre si el Gobierno demandará finalmente un rescate global de su economía, insistió en que «la ayuda que necesita España es que se eliminen las dudas sobre la irreversibilidad del euro» y precisó que eso sería «tan simple» como avanzar en la unión bancaria en el Consejo Europeo. Y aportó pocas novedades en sus proyecciones macroeconómicas. El Producto Interior Bruto de España podría caer un poco menos de lo previsto este año -tal vez el 1,3%, frente al 1,5% de la estimación oficial-, pero la recesión se prolongará hasta mediados del próximo ejercicio.