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El eterno retorno de Berlusconi
Tras meses de confusión, el magnate pone fin al Gobierno de Monti y se presenta a las elecciones, entre otras cosas para eludir la Justicia y por sus negocios
ROMA. Actualizado: GuardarA Berlusconi se le ve venir desde que se fue. Solo quien no le conozca podía creer que cuando cayó su Gobierno, en noviembre de 2011, mientras Italia era atacada por los mercados, se daba por retirado. Fue un repliegue estratégico, a la espera de que pasara el temporal tras un presunto sucesor, el patético Angelino Alfano, para volver cuando viera la oportunidad. El guion se ha cumplido a rajatabla y la noche del miércoles, tras una borrascosa reunión de la cúpula de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), emitió una nota para anunciar que acudirá a las inminentes elecciones: «Estoy obligado a presentarme, asediado por las peticiones de que vuelva. Italia está al borde del precipicio». Por increíble que parezca fuera de Italia, pero a estas alturas también dentro, el salvador, sobre todo de sí mismo, ya está otra vez aquí. A sus 76 años.
En realidad ha tenido que imponerse a la cúpula del partido, contrario a su regreso. En las filas del PDL, que debía celebrar unas primarias, eran muchos los que no veían la hora de que se largara. Pero tras su anuncio en un santiamén se hizo la fila de pelotas en su despacho. Unos 70 diputados -los contó una agencia- que hasta el día antes ponían caras ante su posible regreso hicieron declaraciones entusiastas. Normal, aunque el magnate esté en caída libre y solo sacara un 12% de los votos eso significa 90 escaños. Todos aspiran a asegurarse la poltrona.
Durante seis meses de amagos, en los que cuanto más repetía que abandonaba más claro estaba que regresaba, una señal política clara ha sido su intención de reforzar su equipo de fútbol, el Milan, que va el séptimo y no ayuda nada a vender la moto. El jueves ordenó retirar el apoyo al Gobierno técnico de Mario Monti, lo que significa su caída, y la abstención del PDL en un par de votaciones dejó sin mayoría absoluta al Ejecutivo. Se prevé que Italia vaya a las urnas el 10 de marzo, un mes antes de su conclusión natural, aunque el centroizquierda quiere que sea en febrero, para quitar aire a 'Il Cavaliere' y argumentos a su campaña, que se centrará en atacar a Monti. En cualquier caso, la prioridad de Berlusconi es unir los comicios a los regionales de Lombardía y Molise. Si son antes, un batacazo le dejaría ya desahuciado para las generales.
Esperan meses apasionantes. Para empezar, la prima de riesgo, que la víspera del anuncio del magnate había alcanzado el mínimo del último año, por debajo de los 300 puntos, pegó un subidón de 20 y la Bolsa de Milán cerró en negativo. Pero el título de Mediaset se disparó un 4,5%. La comunidad internacional y los mercados temen que un regreso de Berlusconi, aunque beneficie a sus empresas, arruine el trabajo de Monti para enderezar la economía italiana y se aparte de la agenda marcada, pues sus últimas proclamas indican un fuerte tono populista, contra la UE, contra el euro y contra las subidas de impuestos.
En cualquier caso los sondeos son terribles para el PDL. Está al 14%, más de veinte puntos menos que cuando ganó en 2008 y en el partido ya hay una veintena de disidentes declarados. El trastazo parece inevitable, entonces ¿por qué regresa? Por un lado sigue pensando que nadie le ha echado en las urnas, sino que aquello fue una conjura de palacio y una conspiración internacional. Es decir, cree que una mayoría de italianos le sigue adorando. Que los sondeos digan lo contrario no hace más que confirmar su distanciamiento de la realidad, aunque no se debe subestimar su capacidad animal para la política. Y, por supuesto, mediática: esta semana ha comido dos veces con la plana mayor de sus televisiones y medios para orquestar la ofensiva publicitaria. Aunque se volcará sobre todo en internet, porque estos meses ha estudiado a fondo el éxito de Beppe Grillo.
Sentencia 'caso Ruby'
Como se puede adivinar, a Berlusconi le guían altos ideales y el interés nacional. Para interpretar sus movimientos lo más práctico siempre es mirar cómo le va en los tribunales. En este caso se aproxima la sentencia del 'caso Ruby', por abuso de poder y prostitución de menores. Debía de llegar en enero o febrero, pero si hay campaña puede alegar legítimo impedimento y retrasarla hasta después de los comicios.
En esta línea, la propia 'Ruby', la joven marroquí que cuando era menor habría mantenido relaciones de pago con el entonces primer ministro, ha echado una mano. Debía declarar mañana, pero de repente ha dicho que está de vacaciones en Estados Unidos. Esto retrasa el proceso lo suficiente. Arriesgarse a hacer campaña como condenado a prostitución de menores no es lo mismo que un fallo negativo le pille ya calentando un escaño.
Del mismo modo le acaba de hacer otro favor el empresario que le llevaba putas a su casa de Roma, Giampaolo Tarantini, procesado en Bari por asociación delictiva encaminada a la prostitución. Ha pactado un juicio abreviado, fórmula que admite las acusaciones y ahorra el debate judicial, lo que evita a Berlusconi tener que ir a declarar, pues estaría obligado como testigo, y también impide que 25 chicas pasen por el estrado a contar sus veladas. En un juicio paralelo, el ex primer ministro está acusado de pagar a Tarantini 850.000 euros para que no hable.