Y el Rey le hizo caso a Edu

El Rey recibe al día cientos de peticiones y felicitaciones. Y cartas, decenas y decenas de cartas. Entre estas misivas estaba la de Edu Pinto, un niño de seis años, natural de Benimàment (Valencia) y que a su corta edad ha padecido más enfermedades que muchos adultos. Ha superado una leucemia y ahora sufre una extraña enfermedad, el síndrome de Guillain-Barré -trastorno neurológico autoinmune-, que le dejó postrado en una silla de ruedas hace dos años. Y, además, tiene una escoliosis torácica que le oprime el pecho y le dificulta respirar. La única salida para sus dolencias es una operación con un enorme riesgo vital para el chaval que el hospital valenciano La Fe se niega a realizar. A Edu solo le daban un 2% de probabilidades de sobrevivir.

Ahora se ha replanteado su postura y apuesta por otra operación paliativa. El motivo está en que don Juan Carlos leyó la carta y se interesó por Edu, que le pedía que hiciera algo para que le realizasen «una operación ortopédica» y le procuraran «rehabilitación». No quiere «ni juguetes ni botas de fútbol». Solo que le operen para que corra otra vez, que le gusta mucho aunque solo puede disfrutarlo «desde un carro especial». Edu le decía al Monarca que quiere jugar con «sus tetes» y cuidar de su madre. Cerraba la carta con una promesa: «Si usted o sus pajes creen que me he portado bien y merezco el regalo, les llevaré siempre en mi corazón».

La carta era la última esperanza de una madre y dos hijos -Edu tiene una hermana pequeña de dos años y medio- que solo tienen como ingreso mensual un subsidio de 420 euros. Su casa se la cedieron unas religiosas a las que conocen desde hace años; y la silla de Edu fue un regalo de un amigo de la familia, que busca ahora un asiento especial con respaldo para poder lavar al chico en la bañera.

El ruego llegó al palacio de La Zarzuela el 30 de noviembre, cuando don Juan Carlos se recuperaba de la operación de su cadera izquierda en la clínica San José. El personal de la Casa del Rey le hizo llegar la misiva al jefe del Estado, que no dudó en echar una mano. Primero, Zarzuela le contestó a Edu esta semana. A su domicilio llegó una carta firmada por el secretario general del Rey en la que le aseguraba que don Juan Carlos había leído sus peticiones. Alababa su «admirable fortaleza» y le aseguraba que había reenviado su carta tanto al Ministerio de Sanidad como al Gobierno de la Comunidad Valenciana para «pedirles ayuda» en este complicado caso. Edu padece una enfermedad rara, su calidad de vida está bastante mermada por una dolencia que solo le da una esperanza de vida de tres años. Pero eso, esperanza, es lo que Edu no pierde.