La multitud grita proclamas en apoyo al presidente en El Cairo. :: EFE
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Mursi convoca a los egipcios a votar la Carta Magna el día 15

Hermanos Musulmanes y radicales salafistas se unen en El Cairo para defender el decreto que da plenos poderes al presidente

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Bajo el lema 'Legitimidad y sharía', decenas de miles de islamistas salieron ayer a las calles de Egipto para mostrar su apoyo al presidente Mohamed Mursi, a su polémico decreto y al borrador de la nueva Constitución del país, que deberá ser sometido a referéndum el próximo 15 de diciembre, según anunció anoche el mandatario islamista. En una auténtica demostración de fuerza, miembros de los Hermanos Musulmanes y de diferentes grupos salafistas, pidieron la aplicación de la ley islámica en una concentración frente a la Universidad de El Cairo que terminó de retratar la profunda polarización de la sociedad egipcia en facciones cada vez más irreconciliables.

Con banderas de Egipto, verdes de la cofradía islamista y negras propias del salafismo más radical, los manifestantes aclamaron al presidente con gritos de «alahu akbar» (Dios es el más grande) y cánticos como «el pueblo quiere la aplicación de la ley de Dios». El presidente, defendían muchos, cuenta con la legitimidad de los votos para dar un impulso a la transición; y el decreto presidencial, que blinda sus decisiones ante la Justicia, es la herramienta necesaria para sacar adelante los objetivos de la revolución. Su primer fruto, aseguraban, ha sido la nueva Constitución.

Mursi recibió ayer de manos del presidente de la Asamblea Constituyente, el juez Hossam el-Gheriani, el borrador de la nueva Carta Magna egipcia. Ante los miembros de este órgano, reiteró su voluntad de buscar el diálogo para solucionar los problemas, «proteger nuestra recién nacida democracia y no prolongar la transición», dijo en un discurso televisado.

El documento, del que Mursi dijo que es «fruto de la revolución del 25 de enero», fue finalizado y aprobado a toda prisa el pasado viernes, sin contar con la oposición liberal y cristiana -que habían abandonado de forma masiva la Asamblea- y después de una jornada maratoniana de votaciones. A pesar de la polémica que ha generado, el presidente insistió en que se trata de la primera constitución que redacta una Asamblea Constituyente, y dio 15 días para la celebración del referéndum, anuncio que fue recibido con vítores en los alrededores de la Universidad de El Cairo, donde se congregaban sus seguidores.

El decreto de Mursi, defendían ayer los convocados, no solo es legítimo porque ha sido emitido por el primer presidente elegido democráticamente en la historia del país, sino que también apuesta por avanzar en la transición.

«Que se enteren en Tahrir, que esto sí que es una manifestación. Hemos venido millones de personas de diferentes puntos del país», aseguraba ayer Ayman Abdel Wahid frente a la Universidad de El Cairo. La batalla entre laicos e islamistas también se libra en el terreno de las cifras, en demostrar quién tiene más apoyo y quién es capaz de movilizar a más gente en las calles. Ambas facciones deberán ahora ratificarlo en las urnas, aunque aún queda la posibilidad, como todo parece indicar, de que la oposición laica no acepte la celebración del referéndum sobre la Constitución y decida boicotearlo.