Israel pasa de la amenaza a la resignación

«La decisión de Naciones Unidas no cambiará nada sobre el terreno. No solo no servirá para avanzar en el establecimiento de un Estado palestino, sino que lo retrasará», afirmó el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que, junto al resto de figuras políticas del país, quiso restar trascendencia a la votación de Nueva York porque «no hay poder en la Tierra que pueda comprometer la seguridad de Israel».

Con el apoyo de EE UU -donde se distinguió al ministro de Defensa saliente, Ehud Barak, con la mayor condecoración del Pentágono-, Tel Aviv no tiene problemas para dejar de cumplir decenas de resoluciones de la ONU que condenan la ocupación ilegal de suelo palestino. El veto estadounidense en el Consejo de Seguridad evitó también en 2011 que Palestina fuera reconocido como miembro de pleno derecho.

La iniciativa de Mahmud Abás supone un revés para las negociaciones bilaterales que defiende Netanyahu, inmerso en la campaña para las elecciones del 22 de enero. El diálogo está suspendido desde hace dos años. La negativa de Israel a detener la construcción de asentamientos llevó al presidente palestino a abandonar la mesa de diálogo y a iniciar los trámites para que la ONU elevara el estatus de Palestina.