La Constitución egipcia nace con prisas
La Asamblea encargada de redactar la Carta Magna vota hoy un borrador antes de que la Justicia dicte su posible disolución
EL CAIRO. Actualizado: GuardarEl presidente Mohamed Mursi ya reconoció que la Constitución era la prioridad del polémico decreto que le ha enfrentado a la Justicia y que ha sacado a la oposición laica de forma masiva a las calles. Dicho y hecho. La Asamblea Constituyente finalizó ayer a toda prisa el borrador final de la futura Carta Magna egipcia, y lo someterá hoy a votación entre sus miembros. Sobre el órgano, del que han dimitido una cuarta parte de sus componentes por los intentos de los islamistas de dominarlo, pende la amenaza de disolución.
La decisión de la Asamblea de acelerar el proceso para tener listo el borrador antes de que el Constitucional pueda decidir sobre su futuro no solo echa más leña al fuego de la gravísima crisis política y de legitimidad que vive la transición egipcia, sino que plantea nuevas dudas. Este Tribunal advirtió a Mursi de que proseguirá con su trabajo, al margen de que el decreto haya blindado al presidente y a la propia comisión que redacta la Carta Magna de la acción de la Justicia. En otras palabras, el Constitucional ignorará la declaración de Mursi y el próximo domingo 2 de diciembre se pronunciará sobre la viabilidad de la Asamblea que el presidente ha blindado. Pero, ¿cuál de las dos decisiones prevalecerá y cómo se impondrá la decisión?
El portavoz de la Asamblea Constituyente, Hossam el-Gheriani, aseguró que si el decreto de Mursi preocupa a la gente «nada lo frenará salvo que se emita una nueva Carta Magna inmediatamente». Esta huida hacia adelante, que pone rumbo a una colisión contra la Justicia, preocupa a los que esperaban que la Constitución fuera un documento de consenso. Más de una cuarta parte de sus cien miembros -laicos, liberales, cristianos y periodistas entre otros- han abandonado el órgano porque critican que la mayoría islamista ha dominado las sesiones. El-Gheriani hizo ayer un llamamiento para que los miembros que han arrojado la toalla vuelvan para la votación, aunque, en el fondo, los componentes que quedan en la Cámara son suficientes para aprobarla.
Es más que posible que la potencial ratificación mañana del borrador de la Constitución tenga nuevas repercusiones en la calle. La oposición laica, que ya demostró el pasado martes su fuerza en Tahrir y que mantiene una acampada desde la semana pasada, volverá a estar en la plaza el próximo viernes. Los Hermanos Musulmanes quieren mostrar también músculo y han convocado una manifestación de apoyo al decreto de Mursi para el sábado también en este mismo icónico espacio, lo que hace augurar que podrían producirse disturbios, esta vez graves.