Nicolas Sarkozy sale de su casa en París. :: BENOIT TESSIER / REUTERS
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Sarkozy impone un referéndum a Copé y Fillon

Los dos rivales ponen condiciones a la idea del expresidente francés para salvar a la UMP de la escisión

PARÍS. Actualizado: Guardar
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Nicolas Sarkozy impuso ayer a Jean-François Copé y François Fillon la celebración de un referéndum entre los militantes de la UMP para salir de la crisis que ha colocado al borde de la escisión al principal partido del centro-derecha francés. Los dos rivales aceptaron la idea del líder retirado pero con condiciones divergentes que sumen en la incertidumbre la consulta a las bases sobre la conveniencia de repetir las elecciones internas a la presidencia del movimiento conservador.

Ante el acusado cariz cismático alcanzado por los acontecimientos en el décimo día de crisis fratricida, Sarkozy se vio obligado a tomar cartas en el asunto y ejercer de mediador improvisado sin dar la cara ni salir físicamente de la sombra. En conversaciones telefónicas sucesivas con Copé y Fillon, les conminó a reunirse para examinar su sugerencia de organizar un referéndum entre los militantes bajo la amenaza de publicar un comunicado en el que manifestaría sentirse avergonzado por la lamentable situación de la UMP.

Tras media hora de entrevista con Fillon a puerta cerrada, Copé explicó que había aceptado la consulta a cambio de que su rival renunciara a sus recursos ante los tribunales ordinarios y a su proyecto de crear un grupo parlamentario disidente. Propuso que la consulta se celebre en diciembre o enero y que sea organizada bajo una supervisión conjunta con Fillon. Pero dejó claro que él seguiría siendo el presidente de la UMP hasta el día de la eventual nueva votación.

Por su parte, Fillon puso como condiciones la instalación de una dirección colegial y la organización del referéndum mediante voto electrónico por un organismo exterior independiente bajo la supervisión paritaria de los dos bandos enfrentados. A su juicio, la nueva elección a la presidencia tendría que celebrarse antes de finales de febrero próximo.

Desbandada

En paralelo, un grupo de 68 diputados fillonistas fue constituido oficialmente por la tarde en la Asamblea Nacional con Fillon como presidente. La iniciativa, aunque sus promotores matizaron que no era irreversible, escenifica en el hemiciclo la división de la UMP, primer grupo de la oposición en la Asamblea Nacional con un total de 194 diputados hasta ayer.

Las ventajas de disponer de un grupo parlamentario propio son numerosas. Brinda medios materiales y humanos como personal, locales y coches de función. Permite participar en la conferencia de presidentes que organiza semanalmente el trabajo parlamentario en torno al presidente de la Asamblea Nacional.

También concede tiempo de palabra en los debates de los textos legislativos y en las sesiones de control al Gobierno de los martes y los miércoles. Pero el interés reside sobre todo en el aspecto financiero ya que cada diputado aporta a su partido cerca de 42.000 euros al año. La estampida de los disidentes representaría una sustancial merma de ingresos para la UMP, que ya ha perdido más de diez millones de euros en subvenciones anuales a raíz de su derrota en las elecciones legislativas de junio. «En junio de 2013 se llegará a los 50 millones de déficit», advierte Dominique Dord, tesorero dimisionario del partido y seguidor de Fillon.