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El regreso de Livni divide aún más a la oposición contra un radicalizado Netanyahu

JERUSALÉN. Actualizado: Guardar
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La clase política israelí mantiene un ojo puesto en la iniciativa palestina para lograr el reconocimiento de la Asamblea General de la ONU como «Estado observador» y el otro en las elecciones parlamentarias convocadas para el 22 de enero. La proximidad de la cita electoral depara estos días algunas sorpresas, como el abandono de la política por parte del ministro de Defensa, Ehud Barak, y la confirmación de un secreto a voces: el regreso de la exministra de Exteriores Tzipi Livni.

Livni llegó a liderar el partido Kadima, que había fundado el antiguo primer ministro Ariel Sharon. Pero ahora vuelve con una nueva formación, Hatnua (Movimiento). Y su retorno no ha podido tener peor acogida en el centro-izquierda del país, que la acusa de contribuir a fragmentar aún más el voto de los israelíes. Con un discurso retórico y en ocasiones simplista -«una mujer tiene que hacer lo que una mujer tiene que hacer», declaró en la rueda de prensa de presentación de la nueva fuerza política-, Livni acabó por fin con una semana de especulaciones.

«Kadima desea el éxito de Livni en su nuevo esfuerzo, pero se pregunta qué logrará con solo unos pocos escaños que no consiguió con los 28 (que logró esta formación) hace cuatro años», la atacó el partido en un comunicado. «Este no es un paso políticamente sabio, en lugar de unir el bloque de centro-izquierda, Livni ha decidido dividirlo».

El principal beneficiario de este malestar es el primer ministro, Benjamín Netanyahu, que primero selló una alianza del Likud con los ultraderechistas de Israel Beitenu y ahora ha radicalizado a su propio partido. En las primarias del domingo para elegir a sus candidatos al Parlamento, los más extremistas y seguidores de la ideología del 'Gran Israel' han desplazado a los más moderados.