Condenan a ocho años a la madre que trató de envenenar a su hijo
La Audiencia la considera culpable de un delito de homicidio en grado de tentativa por disolverle fármacos en el yogur
CÁDIZ. Actualizado: GuardarSentencia para uno de los juicios que más expectación había levantado en las últimas semanas por la crudeza de los hechos. Ayer, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cádiz consideró culpable de asesinato en grado de tentativa a una mujer a la que juzgó por intentar matar a su hijo de cinco años suministrándole fármacos disueltos en yogur. Así, decidió una condena de ocho años de cárcel, al considerar el agravante de parentesco y la circunstancia atenuante analógica a la anomalía psíquica.
Asimismo, se impone a la condenada la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros a su hijo menor, a su domicilio y a cualquier lugar frecuentado por éste. También se le prohibe comunicarse con él durante 18 años, al tiempo que dicta la inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad hasta que alcance la mayoría de edad. De igual forma, debe indemnizar al niño en la suma de 18.000 euros por los daños morales causados.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se considera «probado» que la reseñada sufría un trastorno orgánico de personalidad por el que estaba en tratamiento desde hace 12 años y que, igualmente, sufría una mala situación económica que la llevó a estar sujeta a asistencia de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Medina Sidonia.
Señala que sus facultades volitivas e intelectuales estaban «mermadas levemente», pero «no anuladas», llegando a redactar sendas notas manuscritas en las que advertía de su «inequívoca intención» de acabar con la vida de su hijo de cinco años y, «probablemente», también con la suya propia, con lo que intentaba evitarle una vida que consideraba «indigna».
De esta manera, conforme a un «plan preconcebido», adquirió en una farmacia una serie de medicamentos para intentar dar muerte a su hijo al tiempo que ella trataba de suicidarse, destacando la dosis suministrada, la mezcla y que «no están indicados nunca en un menor por su peligrosidad». Se las suministró al menor disueltas en un yogur, lo que generó al niño una intoxicación medicamentosa aguda.
Al percatarse los empleados del hotel en el que se encontraba hospedada como prestación de los servicios sociales de que llevaba mucho tiempo sin salir, llamaron a la puerta solicitando que abriera, ya que tenía puesta la llave en la parte interior de la cerradura para impedir el acceso. Finalmente lograron entrar, encontrando al menor en una situación crítica, procediendo a llamar a los servicios sanitarios que le prestaron asistencia y un tratamiento inmediato antídoto.
El tribunal consideró que concurre el agravante de alevosía, teniendo en cuenta que se trata de un menor de cinco años «prácticamente indefenso». Afortunadamente, tras varios días ingresado en un centro hospitalario, el niño pudo abandonarlo sin secuela física alguna. En la actualidad se encuentra bajo la guarda y custodia de su padre, con quien desarrolla una vida «absolutamente normal».