Rubalcaba mantiene su apuesta federalizante

Si hace exactamente un mes se hubiera preguntado a cualquier dirigente socialista qué iba pasar al día siguiente de las elecciones al Parlamento de Cataluña, la respuesta casi unánime habría sido: habrá una catarsis. No ha sido así. Apenas se ha movido un alma en el partido gracias a un descalabro controlado del PSC que Alfredo Pérez Rubalcaba se atrevió a calificar de resultado «digno».

El secretario general del PSOE aparcó así sin excesivo problema cualquier ejercicio de autocrítica por la pérdida del 10% de los apoyos electorales del PSC, encomendó la lectura de ese dato a Pere Navarro y, tras pasar con rapidez la página, centró la mirada en su adversario nacionalista.

Rubalcaba advirtió de que, aunque a corto plazo la tensión del debate identitario baje, «el tema de fondo no se ha resuelto» y llamó a CiU a recuperar sus «señas de identidad» y a apostar por «la convivencia, el consenso y la moderación dentro de su ideario nacionalista». Lo que no quedó tan claro es cuál es la receta socialista para afrontar el problema de desafección hacia España, pero él insistió en su apuesta por una reforma constitucional federalizante.