La Policía egipcia lanzó ayer gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes en Tahrir. :: MOHAMED ABD EL GHANY / REUTERS
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Mursi busca ahora el consenso

El presidente egipcio se reunirá hoy con el Consejo Supremo de Justicia e insiste en que su decreto solo será «temporal»

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Desde que el presidente egipcio emitiera su polémico decreto que le otorga poderes casi absolutos, la oposición laica en bloque se ha echado a las calles, los jueces y los periodistas se han puesto en huelga y la Bolsa ha caído en un solo día casi el 10%. Hasta su ministro de Justicia, que ha iniciado un diálogo con los magistrados para intentar abortar la crisis entre el Ejecutivo y el poder judicial, ha declarado tener «reservas» con respecto a un decreto sobre el que no fue consultado antes de emitirse. Cercado por las críticas, Mohamed Mursi hizo ayer un llamamiento al diálogo con la oposición y reiteró que su declaración constitucional es «temporal».

Las medidas «no pretenden concentrar poderes», dijo ayer el presidente en un comunicado después de reunirse con sus asesores, sino que buscan evitar que se disuelvan dos órganos elegidos democráticamente por el pueblo, como son la Cámara alta del Parlamento y la Asamblea Constituyente, señaló.

Mursi ha blindado estos dos cuerpos, dominados por islamistas, de las resoluciones de la Justicia y ha asegurado que su único objetivo es «proteger el camino de una exitosa transición democrática». Una vez aprobada la Constitución, aseguró el mandatario, sus decisiones dejarán de ser invulnerables por el poder judicial. Pero si las intenciones del presidente son nobles, como él ha dicho, pocos salvo los Hermanos Musulmanes y algunos grupos salafistas parecen estar dispuestos a creerlo. El decreto ha provocado incluso dudas en su propio ministro de Justicia, el magistrado Ahmed Mekki, que considera que plantea algunos problemas y que considera, como lo dijo ayer al diario Al-Masri al-Yum, que el presidente debería haber dialogado con otras fuerzas políticas antes de emitir la declaración.

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Mekki se reunió ayer con el Consejo Supremo de Justicia para intentar mediar una solución después de que la principal asociación de la judicatura del país anunciara el sábado que iniciaría una huelga hasta que Mursi retirara el decreto. El presidente se reunirá hoy también con el jefe de este órgano, Mohamed Metauali, que ha rechazado la declaración constitucional del jefe de Estado. Acampados en la plaza Tahrir siguen decenas de opositores, que aseguran que no abandonarán la plaza hasta que Mursi dé marcha atrás. Casi 300 personas han resultado heridas en enfrentamientos con la Policía en la última semana en las calles adyacentes a Tahrir, unos disturbios que no tuvieron su origen en el decreto presidencial, pero que han terminado de coger fuerza tras emitirse.

En vista de que los disturbios no parecen disiparse, las fuerzas de seguridad levantaron ayer un muro de hormigón cerca de la Cámara alta del Parlamento para evitar que los manifestantes accedan a las sedes del Gobierno y de la Asamblea Popular. Mientras, el grueso de las protestas se concentró ante la Universidad Americana de El Cairo y también se produjeron incidentes en las inmediaciones de la Embajada estadounidense.