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«Mi música es como la cocina moderna»
El intérprete malagueño cierra esta noche el Festival de Música Española con la presentación en el Falla de su último disco, 'La menor explicación' Zenet Cantante
CÁDIZ. Actualizado: GuardarYa pasó la época en la que Toni Zenet (Málaga, 1966) era conocido por su interpretación del joven Picasso en la serie de televisión de principio de los noventa. Desde 2008, su carrera musical supera a todo lo que había realizado antes. Ahora es Zenet, el crooner que ganó el Premio de la Música con 'Los mares de China', su debut discográfico, y que obtuvo el premio al Mejor Disco Fusión del año con el segundo, 'Todas las calles'. Este año ha publicado el tercero, 'La menor explicación' (El Volcán) y, como ya hizo con los anteriores, lo presentará en Cádiz. Lo hará en el Falla para cerrar con sonidos que van desde el sur del sur hasta Nueva Orleans (pasando por el fado, el tango y el bolero, entre otros) el X Festival de Música Española de Cádiz.
- 'La menor explicación' cierra la trilogía que empezó con 'Los Mares de China' y continuó con 'Todas las calles'. ¿Se acaba también una etapa en el modo de entender su producción musical?
-Durante este tiempo el método de trabajo, la investigación de las armonías, ha sido llevado a cabo por la santísima trinidad que componemos José Taboada, Javier Laguna y ya. En los otros discos había temas y sonoridades con los que habíamos coqueteado, pero nos apetecía profundizar más. Pero también hay sorpresas, como un chotis, que proviene de schotis, surgido en Bohemia, que es a su vez un primo hermano del rap time y charleston. Por ahí estaba el espíritu de Billy Holiday... Hemos seguido nuestra línea de investigación, que es revisar géneros antiguos, no por seguir una moda retro o porque pensamos que cualquier tiempo pasado muy mejor. Partimos de la base del jazz y luego exploramos. Nos sentimos como un niño con un juguete.
-¿Le queda mucho por explorar?
-El pozo es inagotable. Cualquiera que no me conozca piensa que canto bolero o tango, pero no soy ni Armando Manzanero ni Carlos Gardel. Somos como la cocina moderna, me sirvo de unas armonías existentes para llegar a otro lugar.
-El disco es una crónica sentimental de diez canciones transformada en una comedia romántica con un final feliz. En ella, cada final de tema enlaza con el principio del siguiente, ¿por qué?
-Las cosas son cíclicas. Además, hay cosas que no pasan de moda porque calan de verdad pero duran poco tiempo. Por ejemplo, el Surrealismo. Pasó rápido, pero sigue estando en la publicidad o en el sentido del humor. Yo entiendo que en un disco tiene que haber una curva de escucha, donde una canción termina empieza la otra, hay un elemento narrativo que tiene que ver con el espíritu de todo el disco. Se piensa en un trabajo integral, no un pegote. Ese mismo guion seguimos en los directos.
-Pero, ¿lo hacen sin querer?
-Sí, surge de manera natural porque los tres tenemos gustos y referencias musicales similares.
-Dice que en España hay muy buena música por descubrir, como...
-Yo he trabajado con algunos de ellos. Me gusta Ole Swimg, hice la 'Bien pagá' en gipsy con sonido Nueva Orleans. Eva Durán y Kamala también son muy interesantes. Hay mucha, de verdad.
-Pero si cayeran en manos de las grandes discográficas ya no molarían tanto...
-A ver, si estás con una multinacional que te coloca 100.000 copias y te hace campañas de publicidad, pues mejor. Mi compañía es pequeña, somos cuatro personas, una de ellas es la que le ha llamado para convencerla de hacerme esta entrevista... Todo lo que hemos conseguido ha sido gracias al boca a boca. Tiene su desventaja no estar en una gran firma, pero tengo la suerte de que hago lo que me da la gana.
-En 2008, y con 40 años, le concedieron el Premio de la Música al mejor Artista Revelación con su primer disco. ¿Demasiado pronto?
-No fue tan pronto, llevaba dos años luchando para que me colocaran el disco. Los premios son un empujonazo porque tu apuesta vital se ve recompensada. Pero creo que un músico no debe esperar los premios, sino tirarse hacia adelante. Hacer lo que uno quiere hacer y confiar en que lo hace bien.