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Mas apela a la trascendencia «histórica» de las elecciones
El líder de CiU echa mano del victimismo y se dice dispuesto a ir a la cárcel para defender la independencia
BARCELONA. Actualizado: GuardarDespués de días de duros enfrentamientos dialécticos, muchos de ellos librados casi en el barro, en una de las campañas catalanas más crispadas en mucho tiempo, Artur Mas regresó ayer a la épica, al discurso sentimental con referencias históricas y apelaciones a la trascendencia de los comicios. «Está en nuestras manos ganar para siempre nuestro futuro colectivo de libertad, bienestar, prosperidad y justicia social», señaló.
Como en las últimas elecciones, horas antes del mitin de cierre que CiU celebró una vez más en el Palau Sant Jordi como muestra de su poderío, Mas hizo una declaración final de campaña en el mercado del Born de Barcelona, un escenario cargado de simbología y reminiscencias a la batalla de 1714, fecha emblemática para el nacionalismo catalán. «Tenemos la oportunidad de lanzar un mensaje histórico y de decirle a todo el mundo que Cataluña ha decidido que quiere hacerse responsable de su futuro, estamos ante el reto más importante en 300 años de historia», afirmó.
Mas tampoco dudó en explotar a su favor, como si de una ofensa a la causa independentista se tratara, el tema estrella de estos comicios: el de las supuestas cuentas suizas. El 'president' buscaba un empujón de última hora. Más aún teniendo en cuenta que la encuesta publicada ayer por el diario británico The Guardian, que ha hecho un seguimiento exhaustivo sin precedentes de las elecciones catalanas, vaticinaba un retroceso de CiU (entre 57 y 59 diputados, frente a los 62 de 2010 y lejos de los 68 que dan la mayoría absoluta) y un empate a 21-22 entre PSC y PP. Por eso, se mostró dispuesto a ir a prisión para defender su apuesta de una Cataluña independiente y volvió a hablar de connivencia entre el PP, el Gobierno y las estructuras del Estado con El Mundo para maquinar una estrategia para «alterar el resultado de las elecciones» y calificó la campaña como la más «dura y sucia» de cuantas recuerda.
Mientras el presidente catalán continuaba con su defensa y contraataque, el candidato del PSC, Pere Navarro, criticó a CiU y al PP que hayan reducido el debate «a hablar de banderas y de supuestos informes» para no abordar «los problemas reales». Navarro, que ha evitado durante estos días el asunto de la corrupción para no facilitar el victimismo de CiU, se limitó a decir que «ahora tiene que hablar la justicia». El líder del PSC, eclipsado por la bipolaridad entre PP y CiU, defendió una vez más el federalismo como vía de solución de las tensiones entre los independentistas y los centralistas.
La candidata del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, por su parte, apeló una vez más a la trascendencia de los comicios, en los que está en juego, dijo, la «división» de los catalanes y la «separación» del resto de España e hizo un último llamamiento a los catalanes que se sienten también españoles a «romper su silencio» para evitar que les «saquen» de España y de Europa.