Rajoy responde a la prensa ayer en Bruselas. :: ERIC VIDAL / REUTERS
Economia

«España sale de esta cumbre mejor de lo que entró»

Mariano Rajoy reconoce que los 2.800 millones para las autonomías son solo «la propuesta que está sobre la mesa»

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Los líderes europeos dieron por concluida la reunión negociadora de los presupuestos comunitarios sin asomo de acuerdo, pero el presidente del Gobierno español abandonó Bruselas con una visión optimista y positiva. España sale de la cumbre «mejor de lo que entró», según declaró Mariano Rajoy en la conferencia de prensa posterior al Consejo Europeo. El presidente reconoció que las mejoras introducidas en el segundo documento del presidente Herman van Rompuy, y concretamente los 2.800 millones garantizados a las comunidades españolas, no pasan de ser «la propuesta que está sobre la mesa» en una negociación no concluida, donde todo puede ponerse en cuestión. Pero se esforzó por destacar «las actitudes positivas» de sus colegas, los jefes de Estado y de Gobierno, de cara a conseguir un entendimiento, que auguró próximo.

La iniciativa ya conocida del presidente del Consejo «es la base sobre la que vamos a seguir discutiendo», apostilló. Y reconoció que el detalle de las asignaciones concretas para los distintos tipos de regiones, más y menos desarrolladas, junto al mejor tratamiento para Canarias y las dotaciones para Ceuta y Melilla, le satisfacen «plenamente». Rajoy no aludió al punto de partida, ni mencionó que, incluso si cuajara la segunda propuesta del Consejo, se aplicará un tajo a los fondos que España recibe de los socios comunitarios en cuantía difícil imposible de evaluar por ahora.

Cuando el presidente del Consejo aplicó una reducción de 80.000 millones al presupuesto 2014-2020 presentado por la Comisión Europea, este recorte implicaba para España una merma de 20.000 millones en esos siete años, y la práctica seguridad de convertirse en contribuyente neto en la recta de salida de la crisis económica más dura de la historia reciente. Las ventajas que los países del Sur obtienen de este posterior documento incluyen un menor recorte de los fondos de cohesión -inferior en 11.000 millones a los 29.000 iniciales- y que la poda del dinero destinado a la agricultura no sea de 25.000 millones, sino de 17.300 millones. Otras reclamaciones de España también se vieron recogidas: las autonomías 'en transición' -su PIB supera el 75% de la media comunitaria pero no llega al 90%- seguirían recibiendo el 60% de los fondos, en lugar del 57% propuesto. Y en los factores de cálculo se eleva la cifra por parado de 300 a 500 euros. Pero todos estos logros habrá que defenderlos de nuevo.

Frente agrícola

La opinión favorable del presidente del Gobierno español se extendió más allá del refuerzo a la cohesión. Hasta llegó a decir que la propuesta de mejorar los fondos para la política agrícola común, promovida de acuerdo con el presidente francés François Hollande, y a la que luego se sumó Irlanda, había sido acogida «con simpatía» por países que no comparten en absoluto esos intereses, entre los que citó al Reino Unido y Holanda, enemigos acérrimos de un aumento del gasto. «De lo que se trata es de sumar amigos a la causa», admitió Rajoy. Y nada mejor para ello que prodigar los comentarios positivos.

El jefe del Gobierno, uno de los pocos líderes de los países europeos que exhibió esa satisfacción por el desarrollo de una cumbre tan poco productiva, desveló algunas razones de su visión. Se había esperado algo peor. «Esto va a ser muy complicado», era su pensamiento inicial, según confesó. Pero en realidad, y sobre todo en los encuentros bilaterales, encontró un «acercamiento de posturas» que ha llegado a sorprenderle. «He constatado un espíritu muy constructivo que es bueno para Europa», insistió, para añadir que había visto «voluntad política de seguir trabajando».

Con ello dejó entrever que España está muy interesada en que no se extienda la idea de una fuerte división entre los socios comunitarios. Primero, porque los mercados siguen al acecho. Después, porque en diciembre aguarda el Consejo Europeo decisivo para los avances en la construcción de la unión monetaria y la unión fiscal. La prima de riesgo sigue siendo su principal inquietud, compartida con el primer ministro italiano Mario Monti, según un retazo de conversación captado por los micrófonos de las cámaras que filmaban el encuentro.

Por eso, el jefe del Ejecutivo salió en defensa de una solución urgente para Grecia. «Es importante para España, sí, pero también para Europa, que la situación se resuelva la semana que viene», declaró. Argumentó que «Grecia ha cumplido, y la gente ha sufrido mucho». Reconoció que la fórmula no está cerrada, para insistir en que «la posición de España es ayudar a Grecia, porque el país se merece una oportunidad, y porque creemos en el euro».

Rajoy también hace profesión de fe en Europa. «Estaré si Dios quiere en Oslo el 10 de diciembre para asistir la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a la Unión Europea, y creo que es bueno que el mayor número de dirigentes aceptemos la invitación del presidente Durao Barroso», anunció. «Es un premio justamente concedido», aseveró, tras comparar el antes y el después del nacimiento del proyecto comunitario. Hoy Europa es «un espacio de paz, convivencia y progreso», terminó diciendo.