Basuras arden en las calles de Jerez. :: FRANCIS JIMÉNEZ
ANDALUCÍA

La policía toma Jerez para evitar otra noche de quema de contenedores

El Ayuntamiento anuncia un principio de acuerdo para terminar con 20 días de huelga de basuras

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Jerez, la quinta ciudad de Andalucía por población, sometida a una crisis sin precedentes, objeto de estudio en los manuales de la malas prácticas políticas, vivió en la noche del martes una madrugada de algarada que evidencia la profundidad de la descomposición social que atraviesa: más de un centenar de incendios prendieron en los montones de basuras que desbordan los contenedores de la ciudad, donde se acumulan más de tres mil toneladas de residuos tras 20 días de huelga. Los bomberos que acudieron a extinguir los fuegos, fueron agredidos por vecinos, que les tiraron piedras, macetas o latas, a pesar de llevar protección de efectivos antisdisturbios.

La alcaldesa de la ciudad, María José García Pelayo, anunció anoche un principio de acuerdo entre empresa y trabajadores que hace esperar que el conflicto entre ya en vías de solución, aunque aún deberá ser ratificado en asamblea.

La situación resultó especialmente complicada y caótica en la barriada del Mopu, donde los policías antidisturbios tuvieron que proteger a los bomberos cuando sofocaban fuegos que iban consumiendo contenedores. No resultó fácil el trabajo de los efectivos del parque de Jerez, que sufrieron lanzamiento de botellas, piedras, latas...Ante este contexto bélico, los bomberos abandonaban tan pronto extinguían las llamas. Pero la acumulación de desechos es gigantesca, en muchos puntos invade las calzadas y engulle por completo las aceras, y al no quedar sofocados los rescoldos, se volvían a avivar fuegos, que vecinos del lugar alimentaban de paso.

En esta zona de la ciudad, como en el polígono San Benito, donde apenas quedó un contenedor sin que fuera pasto de las llamas, la huelga de la basura ha sacado de quicio a algunos vecinos, que han decidido cortar por la sano y tomar sus propias medidas, como prenderle fuego a la montaña, cada vez más grande, que crece delante de su puerta. Prueba de ello es el recibimiento que tuvieron bomberos y policías cuando intervenían.

Sin embargo, de dos puntos localizados en el mapa de Jerez, el Consorcio Provincial de Bomberos confirmaba, pasada las diez de la noche, que había más de 35 fuegos activos al mismo tiempo, en más de 45 calles y la quema se extendía a otras zonas alejadas de las dos barriadas conflictivas, como Tomás García Figueres, junto a la sede judicial que alberga los juzgados de Instrucción. Llegados a este punto, con decenas de fuegos activos y no solo en el Mopu, la duda nacía: parecía que detrás de todo había cierta coordinación, una estrategia definida y que nada tiene que ver con un movimiento espontáneo. Sin embargo, los trabajadores de Urbaser, que siguen en pie de guerra, niegan estar detrás de los incidentes, simplemente porque estos disturbios les están distanciando aún más de los ciudadanos, cansados de vivir con el hedor metido en las narices.

Ayer, para evitar que el conflicto de orden público se enquistara, la Policía realizó un masivo despliegue por la ciudad y se multiplicaron los llamamientos a la tranquilidad. El subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, informó de la detención de un joven de 17 años, sorprendido al quemar un contenedor, y dijo que hay otras once personas identificadas como presuntos responsables de los actos vandálicos.

La Policía también protegió ayer a los trabajadores de la empresa pública Tragsa, que acudieron a recoger basuras, a petición del Ayuntamiento, para que se cumplieran los servicios mínimos.

El Consistorio valoró en 150 mil euros los daños causados por la destrucción de 150 contenedores.

Mientras, el jefe de Salud Pública de Cádiz, Andrés Rabadán, insistió en que «a fecha de hoy no hay riesgo inmediato para la salud», pese a las más de tres mil toneladas de basura acumuladas. «No discuto con los vecinos los malos olores, pero los olores no generan alerta sanitaria», comentó Rabadán que añadió: «Hay ratas y moscas pero siempre las hay en las ciudades, pero no hay riesgo de epidemia».

El conflicto generó una guerra de declaraciones de los distintos políticos. La alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, criticó con dureza que la Junta de Andalucía intente «rascar votos hasta en la basura», en alusión a la actitud mantenida por el Ejecutivo andaluz en este asunto. Un argumento muy similar al que utilizó el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, que señaló que la Junta «está poniendo todas las chinas en el zapato que puede» para no resolver el conflicto. En los populares también se pronunció el presidente del PP en Cádiz, Antonio Sanz, que solicitó la comparecencia urgente de la consejera de Salud, María Jesús Montero, ante el Parlamento de Andalucía por «jugar» con la salud de los jerezanos.

Por su parte, el secretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, replicó desde Sanlúcar de Barrameda a la alcaldesa de Jerez a la que instó a resolver «inmediatamente» el conflicto de la basura. «La situación es intolerable y es normal que los vecinos reclamen soluciones».