Artur Mas participa ayer con candidatos de CiU en un mitin en L'Hospitalet. :: TONI ALBIR / EFE
ESPAÑA

Mas acusa al Estado de «guerra sucia» para alterar el resultado electoral

Rajoy pide a los votantes socialistas que apoyen al PP para que Cataluña no se desgaje de España

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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La campaña electoral catalana no se centra solo en los mítines, se ha trasladado a los juzgados, que cada día reciben nuevas querellas a propósito de las supuestas cuentas suizas de Artur Mas y Jordi Pujol. A cinco días de las votaciones, el presidente de la Generalitat elevó el tono y acusó a los poderes del Estado de practicar la «guerra sucia» contra él y su proyecto soberanista mediante la fabricación de «pruebas» para «alterar» el resultado de los comicios.

«Han puesto en marcha el aparato del Estado, toda la artillería, para abortar una gran mayoría» en las elecciones, denunció el presidente catalán. A su juicio, la campaña de «acoso y derribo» orquestada por las «cloacas del Estado» a través de la publicación periodística de un supuesto informe que afirma que él y Pujol tienen cuentas en Suiza no solo busca que no se celebre el referéndum sino que lo quiere es «alterar el resultado».

Aunque Mas evitó muy al principio de la campaña entrar en el mano a mano de las acusaciones y de las apelaciones directas, desde hace días no elude ninguna polémica. En CiU están convencidos de que la respuesta a las denuncias puede servir para movilizar al electorado soberanista indeciso. Y para convencer a este segmento del electorado de que solo con una mayoría absoluta de la federación nacionalista Cataluña podrá tirar adelante el proyecto hacia el derecho a decidir y defenderse de los intentos del Estado de frenar el proceso. «Los poderes del Estado ven un pueblo en marcha. Yo me la he jugado y van a por mí. Me intentan destruir», dijo Mas en un tono que bordeó lo apolíptico.

El candidato nacionalista se mostró convencido de que el caso de las cuentas suizas no sólo no perjudicará a su firmación sino que le beneficiará. «Veo más cerca hoy la mayoría absoluta que hace una semana», expresó. Desde CiU se aferran al ejemplo de Jordi Pujol, quien en 1984 afrontó el 'caso Banca Catalana', que lejos de debilitarle le dio el impulso social para quedarse 23 años en el Palau de la Generalitat.

En esa línea, los nacionalistas presentaron ayer ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña una denuncia por «delito electoral» contra la Unidad contra el Delito Ecnoómico y Fiscal (UDEF) de la Policía, autora del borrador del supuesto informe. A esta denuncia de CiU se sumó otra de la Generalitat, también ante la Fiscalía, contra el El Mundo por atentado a la honorabilidad. Además, el rotativo fue objeto de otra querella del consejero catalán de Interior, Felip Puig, y otra instada por el departamento de Interior. Mas y Pujol presentaron el lunes sendas querellas contra el mismo diario por presuntas calumnias e injurias.

Voto útil

Horas después de las duras acusaciones de Mas, intervino Mariano Rajoy en un mitin del PP en Barcelona y eludió el cuerpo a cuerpo. El líder del PP, en su cuarta intervención de la campaña (una por provincia), apeló al voto útil de todos los votantes, desde los socialistas a los catalanistas de Unió, que no quieren «aventuras» y que quieren que Cataluña siga siendo española y europea.

Rajoy presentó al PP como el garante de la unidad de España, el partido de la sensatez, el sentido común y el diálogo y se ha comprometido de forma enérgica a que «nadie va a sacar a los catalanes de España ni de Europa». «Esta -dijo- es la única campaña que he visto que uno lleva la promesa de sacar de Europa a millones de ciudadanos para luego pretender volver a meterlos después de una travesía en el desierto de la nada».

El presidente del Gobierno puso a la selección española de fútbol como el ejemplo de que «todos juntos ganamos», frente a lo que propone Mas, que se dedica, según Rajoy, a echar la culpa de sus problemas a los demás, de ofrecer callejones sin salida, de engañar sobre el futuro. Vaticinó el mejor resultado de la historia para el PP en unas autonómicas porque lo que está en juego no es una cuestión de derechas o izquierdas. Lo que se dilucida el domingo, según el presidente del Gobierno, es que vuelva el sentido común. «Nunca -aseguró- dejaremos a los catalanes a su suerte de proyectos irresponsables en un viaje al nunca jamás».