Obama respalda las reformas democráticas iniciadas en Birmania
El presidente de EE UU participa hoy en la cumbre de Estados del Sudeste asiático, centrada en las disputas en el Mar de China
PHNOM PENH. Actualizado: GuardarEl primer viaje internacional de Barack Obama después de su reelección como presidente de EE UU no es uno cualquiera. Lanza varios mensajes rotundos. En primer lugar, deja claro que Asia juega un papel fundamental tanto en la política exterior como en la economía de la primera potencia mundial. Y la elección del Sudeste asiático también revela el interés del país por contrarrestar la presencia china en el continente, donde las disputas por la soberanía de varios grupos de islas amenazan continuamente con desestabilizar la región. Por todo ello, Obama participará hoy en la cumbre que celebran en Phnom Penh, capital de Camboya, los países miembros de la Asociación de Estados del Sudeste Asiático (ASEAN), donde se encontrará con los primeros ministros de China, Wen Jiabao, y de Japón, Yoshihiko Noda.
Pero, sin duda, el plato fuerte de esta gira se sirvió ayer en Birmania. Allí, los líderes políticos recibieron con los brazos abiertos al primer presidente de EE UU en activo que ha visitado el país. Los encuentros que mantuvo con su homólogo Thein Sein y con la líder de la oposición, Aung San Suu Kyi, supusieron un espaldarazo sin precedentes para las reformas democráticas que está llevando a cabo un país sobre el que todavía pesan diferentes sanciones, que mantiene a cientos de prisioneros políticos en sus cárceles, y en el que hace solo un año el Ejecutivo de Obama ni siquiera tenía Embajada. «Nuestro objetivo es impulsar las reformas democráticas en el país y confiamos en que este apoyo continúe durante los difíciles años que nos quedan por delante», apuntó el líder norteamericano.
Limpieza étnica
Aun así, se mantiene la incógnita sobre la posición que EE UU tomará respecto a la limpieza étnica que sufren los 800.000 rohingya -de religión musulmana- que habitan en el noroeste del país. Se acentúa una crisis que ha dejado ya más de 100.000 desplazados y, según diferentes fuentes, cientos de muertos. «Su situación es desesperada. A diferencia de los refugiados budistas, que disfrutan de libertad de movimientos y reciben ayuda del Gobierno, los musulmanes apenas reciben atención médica y el suministro de alimentos es totalmente insuficiente», explica Carlos Sardiña, un periodista español especializado en Birmania que acaba de regresar de un viaje por el Estado de Arakan, centro del conflicto.
«Existen pruebas de que grupos de extremistas budistas organizaron los ataques de finales de octubre y de que las fuerzas de seguridad participaron en la violencia», sentencia el reportero, que ha recogido numerosos testimonios que así lo avalan. Por esta situación, y también por lo reciente de las reformas democráticas introducidas en Birmania, muchos consideran que esta visita es prematura.
El presidente Obama se sumará hoy a la tensa cumbre de Phnom Penh. Las disputas territoriales en el Mar de China enturbiaron la jornada de ayer. Camboya, el país anfitrión, pretendía sacar el asunto del orden del día, pero fue imposible y los enfrentamientos se han repetido.