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La Policía estimará el aforo de la macrofiesta a falta de datos fiables
Las familias de las cuatro fallecidas se personan en el proceso y podrán interrogar hoy al principal imputado
MADRID. Actualizado: GuardarLa investigación sobre la tragedia del Madrid Arena solo podrá basarse en estimaciones y cálculos policiales sobre el aforo real. Los organizadores de la fiesta de Halloween en la que el pasado 1 de noviembre fallecieron cuatro chicas y una resultó herida no tienen ningún registro real o fiable de las entradas vendidas. Es más, DivierTT no ha dejado ni rastro de las entradas que recogió a las puertas y que, según diversos testigos, los controladores tiraban en unos cubos según se la entregaban los asistentes.
La comisión judicial, encabezada por el instructor del caso, Eduardo López Palop, que el pasado 13 de noviembre inspeccionó el Madrid Arena, no encontró los famosos cubos, que en teoría deberían haber quedado allí ya que el magistrado ordenó el precinto del pabellón el día de la fiesta, antes incluso de que los limpiadores accedieran al interior.
Ante la imposibilidad de saber cuántas personas entraron con ticket, y la sospecha más que fundada de que varios cientos más de asistentes pasaron sin entrada alguna, el juez ha decidido que sea la Policía Científica quien haga una estimación, partiendo de las imágenes grabadas en el interior. Las instrucciones son que los agentes calculen por zonas la densidad de personas por metro cuadrado para saber si, efectivamente, se superó el aforo de las 9.650 personas que asegura el organizador y, sobre todo, si se respetó la división en tres zonas bien diferenciadas y sin posibilidad de flujo de personas entre ellas.
Los testimonios de los dos policías nacionales y el municipal que acudieron fuera de servicio al Thriller Music Park y que formaron parte de la comisión judicial indican que el aforo se superó ampliamente y, de forma muy particular, en la pista central a la hora que comenzaba la actuación estrella de la velada, la del dj Steve Aoki. De acuerdo con el testimonio de los tres agentes, los organizadores en ningún momento hicieron por separar al público en sus espacios correspondientes, lo que provocó que sobre las cuatro de la madrugada -momento de la avalancha humana que aplastó a las cinco jóvenes- la situación en el nivel cero (pista) fuera de absoluto «colapso». Los funcionarios libres de servicio explicaron que en el primer y segundo anfiteatro la congestión era mucho menor.
«Gran cantidad»
Su testimonio coincide con el atestado preliminar de la Policía, que dice que el aforo estaba «sobradamente sobrepasado», y con el informe enviado por el Samur al Ayuntamiento. Los servicios de asistencia apuntan a que la menor Belén Langdon, que falleció dos días después de la fiesta por las graves heridas, fue rescatada por un policía municipal que tardó diez minutos en iniciar las maniobras de resucitación porque no pudo hacerlo 'in situ' por la «gran cantidad de gente que había». La joven recuperó el pulso tras 25 minutos de maniobras continuadas por el Samur.
Tanto la familia de Langdon como la de las otras tres víctimas mortales -Katia Esteban Casielles, Rocío Oña Pineda, Cristina Arce- se han personado como acusación particular, como les ofreció el juez. La familia de María Teresa Alonso, que permanece herida de gravedad en la Fundación Jiménez Díaz, aún no ha hecho efectiva la personación.
Los abogados de las víctimas, así como los de Manos Limpias, que ejerce la acusación popular, podrán estar presentes hoy en el interrogatorio de Miguel Ángel Flores, organizador de la macrofiesta y dueño de DivierTT. Flores, que siempre ha sostenido que solo vendió 9.650 entradas para un aforo de 10.600 y que culpa al Ayuntamiento y a la empresa Seguriber de las posibles negligencias, deberá aclarar cuál fue el número real de personas dentro del recinto y por qué no se dividió a los asistentes por zonas. Otro punto importante será saber dónde han terminado las entradas que se recogieron a las puertas del Madrid Arena.