Esfuerzo final europeo para levantar a Grecia
Enfrentado con el FMI, el Eurogrupo busca hoy un pacto definitivo que desbloquee 44.000 millones de euros para Atenas
BRUSELAS. Actualizado: GuardarEl Eurogrupo vuelve a sentarse hoy a la mesa para intentar reconducir de una vez por todas las enrevesadas negociaciones para poner en pie a Grecia. A diferencia de lo que ha sucedido en varias ocasiones desde que se rescató al país mediterráneo en 2010, esta vez el mayor obstáculo no pasa por las discrepancias en el seno de la moneda única. El principal escollo es alcanzar un acuerdo con el FMI, que paga un tercio del doble salvavidas heleno y se niega a retrasar de nuevo los plazos para estabilizar su colosal deuda. La cita se presenta complicada, pero los socios intentarán salvar sus desavenencias con el Fondo mediante un pacto provisional que permita desbloquear las ayudas urgentes a Atenas. Las negociaciones entre el Eurogrupo y el FMI pivotan sobre dos ejes: el corto y el largo plazo. En este último aspecto, los socios de la moneda única apuestan por extender hasta 2022 el plazo para que Grecia rebaje hasta el 120% su volumen de deuda. El Fondo, que acumula una larga historia de mano dura con los países, exige que se respeten las metas acordadas a principios de este año. Para ello, reclama al bloque que acepte una quita en los préstamos concedidos a Atenas como ya han hecho los acreedores privados.
La directora del Fondo, Christine Lagarde, ha alertado de que presionará para que «la integridad y la credibilidad» del organismo monetario no se vea menoscabada en las negociaciones. A su juicio, cualquier acuerdo tiene que estar «anclado en la realidad y no en ilusiones». Con el nivel de deuda acercándose al 190% del PIB, muchos expertos consideran inevitable una quita de los acreedores públicos para que Atenas pueda mantenerse a flote.
En las decisiones a corto plazo, los posturas están mucho más próximas y el Eurogrupo acaricia el acuerdo. El bloque parece decidido a ampliar en dos años -hasta 2016- el margen para que Atenas reduzca el déficit a niveles sostenibles, pero necesita consensuar una fórmula para financiar esta flexibilización.