ESPAÑA

EL PAPEL DEL PRÍNCIPE ANTE LA BAJA DEL REY

CATEDRÁTICO DE DERECHO POLÍTICO Actualizado: Guardar
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Por extraño que parezca, la actual Constitución únicamente cita en dos ocasiones la importante figura del Príncipe de Asturias. En la fijación como Heredero de la Corona en el momento de fallecer el Rey y en la problemática sobre su matrimonio. Las demás alusiones son accidentales. Y, en los momentos actuales, ninguno de los dos casos citados viene a rozar el tema que hoy nos ocupa. Esta parquedad regulatoria ha sido estudiada por algunos constitucionalistas, así como en su día lo fuera por el inolvidable Sabino Fernández Campo. Nada se hizo y es uno de los temas pendientes para una reforma o modificación de la Constitución. Estamos, sin embargo, ante uno de los casos en que la realidad se impone al siempre largo proceso de la legislación.

La figura del Príncipe está necesitada de alguna breve alusión en la Ley de Leyes que contemplara muchas otras facetas que el actual Príncipe Felipe de Borbón está ya desempeñando. Y no es una casualidad. Ante todo, por la excelente preparación científica o académica que posee (dos carreras universitarias, Derecho y Ciencias Políticas, un Curso Preuniversitario y un difícil Master en Estados Unidos al que han asistido muchas de las principales cabezas de la Presidencia de esa Nación, recepción de clases particulares por prestigiosos profesores en España, etc). Y, en segundo, pero igualmente valioso, por el papel que Su Alteza viene desempeñando en actos oficiales celebrados más allá de nuestras fronteras, sobre todo el de los cambios en Hispanoamérica, en representación de la Corona. En ambas facetas, únicamente de éxito cabe hablar.

Ahora, cuando S.M. el Rey va a someterse a una nueva intervención quirúrgica, suspendiendo sus actividades previstas, no hay razón alguna para ningún tipo de alarma. Su agenda va a ser desarrollada por quien es la primera persona en la escala sucesoria de la Casa Real. No se olvide que lo hizo con anterioridad y buen tino. Y aunque no pueda hablarse de ausencia del Rey, ni mucho menos de renuncia sucesoria, lo cierto es que el Rey está en territorio nacional y es complemento útil para cualquier consejo. Lo conveniente es que por ello no exista ninguna alarma, el Príncipe siga acertando y, por supuesto, la operación del Rey sea también un éxito.